Parroquia El Buen Pastor – República Dominicana

Valor del Mes:
Honestidad
Lema del Mes:
"Hágase en mí según tu palabra" (Lc. 1, 38)

Elementor #15365

Iniciaron las inscripciones de nuestro retiro Yo Me Quedo 2024

Acompañemos a Jesús en este Triduo Pascual, en la novena versión de nuestro tradicional retiro “YO ME QUEDO”, con el lema “PARA UNIRME AL CORAZON DE CRISTO.»

Tendremos 4 programas simultáneos para toda la familia: parvúlos, de 2 a 4 años de edad; niños, de 5 a 11 años; jóvenes, de 12 a 25 años, y adultos, de 25 años en adelante. TODO PRESENECIAL, en las siguientes locaciones: 

Parvúlos – Salón Parroquial
Niños – Centro Educativo El Buen Pastor
Jóvenes – Colegio Nuestra Señora de la Altagracia (CONSA)
Adultos – Templo parroquial

‘’Yo me quedo’’ en El Buen Pastor inicia el Jueves Santo, 28 de marzo, a las 2:00 p. m., y concluye el Sábado Santo, con la Vigilia Pascual.

Inscíbete en el formulario https://forms.gle/G4VBHoNkud9cNHDb8

Yo me quedo, ¿y tú?

Celebraciones de Semana Santa presididas por el Santo Padre

Celebraciones de Semana Santa presididas por el Santo Padre

Fuente: Archivo Vatican News

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha publicado las celebraciones de Semana Santa presididas por el Santo Padre Francisco.
VATICAN NEWS

La Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó en detalle en su boletín informativo, las celebraciones presididas por el Santo Padre en Semana Santa.

El 10 de abril de 2022, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, a las diez de la mañana en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre bendecirá las palmas y los olivos, y al final de la procesión, presidirá la Celebración Eucarística.

El jueves 14 de abril en la Basílica de San Pedro a las 9.30 de la mañana presidirá la concelebración de la Misa Crismal con los Patriarcas, Cardenales, Arzobispos, obispos y Presbíteros presentes en Roma.

El Viernes Santo el Sumo Pontífice presidirá la Liturgia de la Palabra, la Adoración de la Santa Cruz y la Santa Comunión en la Basílica de San Pedro a las cinco de la tarde, mientras que, a las 21.15 horas, presidirá en el Coliseo el pío ejercicio del “Vía Crucis”, al final del cual dirigirá sus palabras a los fieles e impartirá la Bendición Apostólica.

El Sábado Santo en la Basílica de San Pedro tendrá lugar la Solemne Vigilia Pascual a las siete y media de la tarde. El Santo Padre bendecirá el fuego nuevo en el atrio de la Basílica de San Pedro; tras el ingreso procesional en la Basílica con el cirio pascual y el canto del Exsultet, presidirá la Liturgia de la Palabra, la Liturgia Bautismal y la Liturgia Eucarística, que será concelebrada con los Patriarcas, los Cardenales, los Obispos que lo deseen y algunos Presbíteros.

Por último, el Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor, en la Plaza de San Pedro, a las 10 de la mañana, el Santo Padre presidirá la celebración eucarística. Al final de la celebración, a las 12 horas, desde la logia central de la Basílica Vaticana impartirá la bendición «Urbi et Orbi».

(Fuente: Vatican News)

Incian las inscripciones para el Yo me quedo en El Buen Pastor 2022

Incian las inscripciones para el Yo me quedo en El Buen Pastor 2022

Acompañemos a Jesús durante el Triduo Pascual en la octava versión de nuestro retiro “YO ME QUEDO”, con el lema “YO ME QUEDO PARA RECIBIR LA GRACIA, COMO MARIA”.

Tendremos tres programas simultáneos desde el Jueves Santo, 14 de abril, en la tarde, hasta concluir el Sábado Santo con la Vigilia Pascual.

DE MANERA VIRTUAL, estarán los niños de 7-11 años y los adultos mayores de 25 años; y PRESENCIAL, los adolescentes de 12-25 años.

¿Yo me quedo, y tú?

INSCRÍBETE:  https://forms.gle/cDCwYZfKURWrPwLg9 

Cuaresma: ¿Más de lo mismo? por Rvdo. P. Catalino Tejada

Cuaresma: ¿Más de lo mismo? por Rvdo. P. Catalino Tejada

Era un viernes de Cuaresma del año 1989. Asistía a la misa diaria, a las siete de la noche, en pleno tiempo de calor. El cuerpo se refrescaba gracias a unos abanicos grandes de techo, y el alma apagaba su sed solo en Dios. Yo, un adolescente, ese día viví una experiencia muy hermosa. Se respiraba un aire de tranquilidad, de oración, incomparable.

Había pocas personas. Un grupo de señoras acababan de hacer el rosario y, después, entonaron los cantos. Un sacerdote predicó, con pocas palabras, lo que era “El Siervo de Dios, Siervo sufriente”, del profeta Isaías. Sentí que Dios me hablaba en esa misa (Eucaristía) desde el principio hasta el final.

Ese día, me senté detrás de una columna. Escogí ese lugar porque me gustaban las esquinas, para pasar desapercibido, que nadie me viera. Pese a mi deseo, sentí que Dios me vio, y que me dijo que me amaba. Estaba pasando por un momento de tristeza y, la verdad, me sentía solo. Pero Dios me vio. Fue mi primera experiencia de Dios concreta. Así tuvo sentido hacer el viacrucis y vivir aquella fase: te adoramos o Cristo y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Yo sentía que me había redimido a mí. Qué experiencia de caminar entre la gente, que va rezando, y experimentar que yo le interesaba a Dios, que Él no era ajeno al doloroso momento que estaba viviendo.

Observaba a una señora que llevaba a su hijo de la mano y una pareja que iba junto a un grupo de jóvenes que se notaba que se querían mucho porque se lo manifestaban con diferentes gestos.

El sacerdote y los ministros me hacían sentir que yo también estaba siguiendo al Señor por la vía dolorosa. Guardo el recuerdo de que vi a la gente despedirse con una alegría diferente.

Evoco esa experiencia, que para mí fue tan especial, a propósito de que ahora vamos a entrar en el tiempo de Cuaresma.

Desde niño escuché que era un tiempo muy bonito y, a partir del miércoles de ceniza, en que recordaba que “soy polvo y al polvo tengo que retornar”, me introducía en el desierto cuaresmal y el de mi vida particular.

Eso del desierto de mi vida, o de la propia Cuaresma, no lo entendía, hasta comprenderlo por experiencia propia al caer en una laguna sin sentido, cuando no me sentía amado de Dios, ni de nadie pues, como dije antes, vivía la complejidad de la adolescencia junto con las dificultades de la historia personal y familiar.

Pero Dios, que siempre tiene la iniciativa para nuestro encuentro con Él, hacía que la Cuaresma tuviera sentido, que me gustara, no era más de lo mismo. Vivía frente a la iglesia y, muy temprano, se escuchaban los cánticos y oraciones, pues hacían los laudes, que es la oración de la mañana. Yo participaba en los viacrucis en los que, como en aquel viernes santos de 1989, caminábamos por las calles e íbamos cantando, rezando, meditando la vía dolorosa y hasta hablando. Pero predominaba la oración. A mí me encantaba todo aquello porque me hacía sentir una “alegría distinta” y una “paz interior”, que no me las daba estar fuera de ahí. Y eso que: ¡Cuánto he buscado la alegría y la paz!

Desde entonces, la Cuaresma me ha aportado tantas cosas. Me ha enseñado a apreciar el silencio en medio del ruido. Ese silencio meditativo o encuentro con Dios a través de La Oración, que había escuchado, es dialogar con Dios de una manera efectiva.

He conocido muchas personas que persiguen la salud, el dinero y el amor. En la Cuaresma he aprendido que “el fin no justifica los medios”, que para llegar a un fin bueno debo emplear medios buenos. Por eso, la oración es el mejor de los medios que nos ayuda a llegar a ese fin que es un encuentro con Dios, estar en comunión con Él, tener dentro el reino de Dios para que las cosas vengan por añadidura.

En la Cuaresma comprendí que se puede hacer abstinencia o ayuno de aquello que me gusta y que, muchas veces, me hace dependiente o idólatra. Pero el amor a Dios y el amor al prójimo son una unidad y si tú quieres hacer penitencia, real no formal, debes hacerla ante Dios y también con tu hermano, con el prójimo”.

Se trata de un tiempo privilegiado para acercarnos a “Dios misericordioso” que me ha amado tal y como soy, y que es generoso con todos sus hijos (salmo 144). La Cuaresma no es solo tiempo de sufrimientos, sino de encontrar la misericordia de Dios que nos invita a ser generosos. Es su generosidad lo que me impresiona de Dios. Él entregó a su único Hijo para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn. 3,16).

A mí cuánto me ha costado imitar a Dios en la misericordia y la generosidad, y eso que me doy cuenta que no tengo nada que no haya recibido (1 Cor. 4,7): vida, salud, bienes, amor. Todo me lo ha dado Él. Y todo lo puedo en Cristo Jesús que me conforta (Fp. 4, 13).

Ahora me llegó a la memoria una frase que dijo el Papa Francisco en la pasada Cuaresma: “El ayuno sin oración es dieta”. Y yo agregaría: “La limosna sin generosidad y misericordia, es simple altruismo”. Sin esperar la recompensa que viene de Dios, que es el paso de la cuaresma de la vida a la Pascua de la vida eterna.

Por eso es tan importante vivir, con todo lo que conlleva, el Triduo Pascual: jueves santo, viernes santo y el sábado santo con la solemne vigilia pascual, madre de todas las vigilias y de todas las noches, noche maravillosa que es la noche en que Cristo resucitó.

Qué hermoso sería reservar esos días, y ponerlos dentro de nuestra lista de prioridades, para convertirlos en lo que realmente son: ¡Semana Santa! Encuentro con el amor y la misericordia de Dios al extremo.

Muchos esperan Semana Santa para descansar, pero regresan cansados. Otros buscan “juntarse” con la familia y amigos, pero una buena comunicación, que se convierte en amor a lo conocido, es don y tarea de toda la vida, y no se puede lograr solo en una semana. Hay quienes toman la Semana Santa para beber y disfrutar de lo que llaman: “vivir la vida”. ¿Pero, esa concepción de Semana Santa nos dará la verdadera alegría, gozo o la paz que tanto busca nuestro corazón? No.

Sin embargo, he recibido testimonios al invitar a la gente que quiero a quedarse en su parroquia, con su familia. Ellos han vivido la gracia de esos días que producen tanta alegría en el corazón de los niños, jóvenes y adultos. Ya en muchas parroquias exhortan a su feligresía a quedarse. Los beneficios recibidos son enormes. Lo importante es darse la oportunidad y empezar a vivirlo.

Yo que, salvo una vez por enfermedad, desde los 14 años no falto a la celebración de la Semana Santa, he visto tantos milagros en mi vida, y en la vida de muchos que se han quedado, que no dudo en invitar a quienes quiero bien a dar ese paso y vivir ese encuentro con Jesucristo que da la verdadera alegría, la que no puede dar nada más en este mundo.

Porque cuando quieres a alguien buscas su bien y compartirle lo mejor que has encontrado. Como a mis amigos, a usted le aseguro que no será más de lo mismo, compruébelo: ¡quédese! 

Reverendo Padre Catalino Tejada (Párroco parroquia El Buen Pastor)

(Fuente: Revista Rayo de Luz)

Semana Santa 2021: explicación del Papa y petición en el Triduo Pascual

Audiencia General: “Se les pagó para que guardaran silencio”

El Papa Francisco, durante la Audiencia General se refiere al Triduo Pascual, “centro del año litúrgico”, y nos pide recordar en Viernes Santo a las víctimas de abortos, «Corderos inmolados».

Ciudad del vaticano

El Obispo de Roma, durante la Audiencia General recuerda a los fieles que ya estamos inmersos en el ambiente de Semana Santa y a partir de mañana Jueves Santo, “viviremos los días centrales del Año Litúrgico, celebrando el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor”.

Jueves Santo

El Papa muestra que en la tarde del Jueves Santo reviviremos lo que sucedió en la Última Cena. “Es la noche en que Cristo dejó a sus discípulos el testamento de su amor en la Eucaristía, no como recuerdo, sino como memoria, como su presencia eterna. En este Sacramento, Jesús sustituyó a la víctima sacrificial por él mismo: su Cuerpo y su Sangre nos dan la salvación de la esclavitud del pecado y de la muerte”.

El Papa subrayó que vivir la última cena es captar que “Es la noche en la que nos pide que nos amemos unos a otros convirtiéndonos en servidores de los demás, como hizo al lavar los pies de los discípulos. Es un gesto que anticipa la oblación sangrienta en la Cruz. De hecho, el Maestro y Señor morirá al día siguiente para hacer mundos no de los pies, sino de los corazones y la vida entera de sus discípulos”.

Viernes Santo

Es un día de penitencia, ayuno y oración. Francisco no señala que a través de “los textos de la Sagrada Escritura y de las oraciones litúrgicas, estaremos como reunidos en el Calvario para conmemorar la Pasión y Muerte Redentora de Jesucristo. En la intensidad del rito de la acción litúrgica se nos presentará el Crucifijo para adorarlo. Al adorar la Cruz, reviviremos el viaje del inocente Cordero inmolado por nuestra salvación”.

Jesús toma sobre sí las heridas de la humanidad

El Papa subraya que vivir el Viernes Santo tiene unas implicaciones precisas: “Llevaremos en la mente y en el corazón los sufrimientos de los enfermos, de los pobres, de los rechazados de este mundo; nos acordaremos de los «corderos inmolados», de las víctimas inocentes de las guerras, de las dictaduras, de la violencia cotidiana, de los abortos… Ante la imagen del Dios crucificado llevaremos, en la oración, a los muchos, demasiados crucificados de hoy, que sólo pueden recibir de Él el consuelo y el sentido de su sufrimiento”.

El Obispo de Roma muestra a dónde encontramos a Jesús crucificado hoy, en qué condiciones. “Hagamos una recopilación de todas las guerras que hay ahora mismo, de todos los niños que mueren de hambre, de los niños que no tienen educación, de pueblos enteros destruidos por las guerras, por el terrorismo. De las muchísimas personas que, para sentirse un poco mejor, necesitan drogas, la industria de la droga que mata… ¡Es una calamidad, es un desierto! Hay pequeñas islas (…) del pueblo de Dios, ya sea cristiano o de cualquier otra fe, que guardan en su corazón el deseo de ser mejores. Pero reconozcámoslo: en este calvario de la muerte, es Jesús quien sufre en sus discípulos”.

Francisco puntualiza: “Desde que Jesús tomó sobre sí las heridas de la humanidad y de la misma muerte, el amor de Dios ha regado estos desiertos nuestros, ha iluminado estas tinieblas nuestras. Durante su ministerio, el Hijo de Dios había derramado la vida a manos llenas, curando, perdonando, resucitando… Ahora, en la hora del Sacrificio supremo en la Cruz, lleva a término la obra que le ha confiado el Padre…”

Sábado Santo

Francisco define el Sábado Santo como “el día del silencio, vivido con llanto y desconcierto por los primeros discípulos, conmocionados por la ignominiosa muerte de Jesús. Mientras la Palabra calla, mientras la Vida está en el sepulcro, los que habían esperado en Él son puestos a prueba, se sienten huérfanos, quizás incluso huérfanos de Dios. Este sábado es también el día de María: ella también lo vive con lágrimas, pero su corazón está lleno de fe, lleno de esperanza, lleno de amor”.

El papa subraya que ante la crisis y la desolación no conviene hacer cambios: “cuando todo parecía haber terminado, ella mantuvo la vigilancia, mantuvo la esperanza en la promesa de Dios que resucita a los muertos. Así, en la hora más oscura del mundo, se convirtió en Madre de los creyentes, Madre de la Iglesia y signo de esperanza”.

“Los ritos de la Vigilia Pascual y el canto festivo del Aleluya” se abrirán paso con la alegría y con la luz, en medio de la oscuridad del Sábado Santo. “El Resucitado nos da la certeza de que el bien siempre triunfa sobre el mal, que la vida siempre vence a la muerte y que nuestro fin no es descender cada vez más bajo, de tristeza en tristeza, sino elevarnos a las alturas”, afirma el Papa.

El Papa pone en evidencia que “Los discípulos dudaron, no creyeron. La primera en creer y ver fue María Magdalena, ella era la apóstol de la resurrección que fue y les dijo que Jesús lo había visto, que [Él] la había llamado por su nombre. Y entonces, todos los discípulos lo vieron”.

Fingieron no haberlo visto

Francisco se detiene en otro elemento de la escena bíblica:

“los guardias, los soldados, que estaban en el sepulcro para no dejar que los discípulos vinieran a tomar el cuerpo, lo vieron: lo vieron vivo y resucitado. Los enemigos lo vieron. Y luego fingieron no haberlo visto. ¿Por qué? Porque se les pagó. Aquí está el misterio, aquí está el verdadero misterio de lo que Jesús dijo una vez: «Hay dos señores en el mundo, dos, no más: dos. Dios y el dinero. Quien sirve al dinero está en contra de Dios». Y aquí es el dinero el que ha hecho cambiar la realidad. Habían visto la maravilla de la resurrección, pero se les pagó para que guardaran silencio. Pensamos en las muchas veces que se ha pagado a los hombres y mujeres cristianos para que no reconozcan en la práctica la resurrección de Cristo, y no hagan lo que Cristo nos ha pedido que hagamos, como cristianos”.

El Papa finalizó su alocución, saludando a los fieles de lengua española: “Queridos hermanos y hermanas, también este año viviremos las celebraciones de la Pascua en el contexto de la pandemia. En tantas situaciones de sufrimiento, sobre todo cuando las padecen personas, familias y pueblos ya probados por la pobreza, la calamidad o el conflicto, la Cruz de Cristo es como un faro que señala el puerto para las naves que siguen a flote en un mar tormentoso. Es el signo de la esperanza que no defrauda; y nos dice que ni siquiera una lágrima, ni siquiera un gemido se pierde en el plan de salvación de Dios”.

(Fuente: Vatican News y Aciprensa)

¿Sabías que puedes obtener indulgencia plenaria en Semana Santa? Aquí te decimos cómo

¿Sabías que puedes obtener indulgencia plenaria en Semana Santa? Aquí te decimos cómo

Durante la Semana Santa se puede obtener para uno mismo o para los difuntos el don de la indulgencia plenaria si se realiza una de las siguientes obras establecidas por la Iglesia.

Una indulgencia plenaria es una gracia que concede la Iglesia Católica, por los méritos de Jesucristo, María y todos los santos, para borrar la pena temporal que queda como consecuencia del pecado.

La indulgencia aplica a pecados ya perdonados. Se puede decir que con la indulgencia plenaria limpia el alma y la deja como si el fiel recién se hubiera bautizado.

Jueves Santo
1. Si durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor, se recita o canta el himno eucarístico “Tantum Ergo” (Adorad Postrados).

2. Si se visita por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo.

Viernes Santo
1. Si se asiste piadosamente a la adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor.

2. Si se participa piadosamente del Vía Crucis.

Sábado Santo
Si dos o más personas rezan el Santo Rosario.

Si se asiste a la celebración de la Vigilia Pascual por la noche; y en ella se renuevan las promesas del Bautismo, lo que hace parte de la liturgia de esa Misa.

Condiciones en todos los casos:

Para obtener la indulgencia plenaria, además de haber realizado la obra concreta mencionada en la lista anterior, se requiere el cumplimiento de las siguientes condiciones:

1. Exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial.

2. Confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa: Estas tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra para ganar la indulgencia; pero conviene que la comunión y la oración se realicen el mismo día en que se cumple la obra.

Es oportuno señalar que con una sola confesión sacramental se puede obtener varias indulgencias. Sin embargo, conviene que se reciba frecuentemente la gracia del sacramento de la Penitencia, para ahondar en la conversión y en la pureza de corazón.

También es necesario precisar que con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Santo Padre solo se gana una Indulgencia Plenaria.

La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza intención un solo Padre Nuestro y Ave María; pero se concede a cada fiel cristiano la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.

Indulgencias en pandemia

Fuentes del Vaticano indicaron a ACI Prensa que, allí donde hay dificultades para asistir al culto durante esta Semana Santa 2021, se aplica el decreto de indulgencias en situación de pandemia del 20 de marzo de 2020.

En el decreto se concede una indulgencia plenaria especial a los enfermos por el COVID-19, así como a los profesionales de la salud, familiares y todos aquellos que se involucren en la lucha contra la epidemia, también por medio de la oración.

El decreto señala que la Penitenciaría Apostólica del Vaticano “concede de buen grado, en las mismas condiciones, la indulgencia plenaria con ocasión de la actual epidemia mundial, también a aquellos fieles que ofrezcan la visita al Santísimo Sacramento, o la Adoración Eucarística, o la lectura de la Sagrada Escritura durante al menos media hora, o el rezo del Santo Rosario, o el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o el rezo de la corona de la Divina Misericordia, para implorar a Dios Todopoderoso el fin de la epidemia, el alivio de los afligidos y la salvación eterna de los que el Señor ha llamado a sí”.

Puede leer el decreto completo AQUÍ.

(Fuente: Aciprensa)

¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año?

¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año?

Imagen referencial / Crédito: Unsplash

Cada año varían las fechas del Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección, y existe una razón histórica para ello.

Para los católicos, la Semana Santa es la celebración más importante del calendario litúrgico porque se recuerda la resurrección de Jesús. De hecho, durante los tres primeros siglos de la fe era la única fiesta que se celebraba.

El origen de la fecha se debe a que la muerte de Cristo ocurrió cerca de la Pascua Judía. Los Evangelios se refieren a esta celebración en el pasaje bíblico de la Última Cena, cuando Jesús se reúne con sus discípulos para celebrar la fiesta en la que los judíos recordaban su salida de Egipto.

Los judíos, de acuerdo a sus normas, deben renovar cada año esta celebración el día 15 del mes de Nisán, que empieza con la primera luna nueva de primavera: es decir, el primer plenilunio de primavera, independientemente del día de la semana que toque.

Luna llena

Con el paso del tiempo, y aunque algunas regiones en el mundo se resistían, la Iglesia comenzó a unificar la fecha de la Pascua. Desde el I Concilio Ecuménico de Nicea en el año 325, la Semana Santa se celebra el primer domingo de luna llena después del equinoccio primaveral (alrededor del 21 de marzo).

Al principio se tenía en cuenta que no coincidiera con la celebración de la Pascua Judía, pero con el paso del tiempo se fue perdiendo esta costumbre, al menos en Occidente.

Así el Domingo de Pascua acontece en un paréntesis de 35 días, entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

Las fechas de Pascua se repiten en un periodo de 5.7 millones de años y en ese intervalo de tiempo la fecha más frecuente es el 19 de abril. La mayoría de las veces la Semana Santa cae durante la primera o segunda semana de abril.

Visite AQUÍ nuestro especial de Semana Santa.

(Fuente: ACI Prensa)

Horarios de celebraciones religiosas en Semana Santa

Horarios de celebraciones en Semana Santa

JUEVES SANTO: Misa de la Cena del Señor, a las 5:00 p. m., al concluir, se dará apertura al Monumento y Adoración al Santísimo hasta las 9:00 p. m.

VIERNES SANTO: Adoración al Santísimo de 7:00 a. m. a 2:45 p. m. Conmemoración de la Pasión del Señor, 3:00 p. m. Al concluir, se hará la lectura de las estaciones del viacrucis.

SÁBADO SANTO: Vigilia de la Pascua de la Resurrección del Señor a las 5:00 p. m.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN: Celebración de la Resurrección del Señor, misas a las 7:00, 9:00 y 11:00 de la mañana y 5:00 de la tarde.

YO ME QUEDO

JUEVES SANTO. De 2:00 a 4:00 p. m.

VIERNES SANTO. De 9:00 a.m. a 12:30 p. m.

SÁBADO SANTO. De 9:00 a.m. a 12:30 p. m.

La Iglesia celebra el Viernes de Dolores, antesala de la Semana Santa: conoce su significado y origen

La Iglesia celebra el Viernes de Dolores, antesala de la Semana Santa: conoce su significado y origen

Fuente: Cope

A pocos días de empezar la Semana Santa y vivir la Pasión de Jesucristo hoy celebramos la festividad del ‘Viernes de Dolores’.

El Viernes de Dolores o Viernes de Pasión, es el viernes anterior al Domingo de Ramos, comprendido dentro de la última semana de la Cuaresma. En algunas regiones es considerado como el inicio de la Semana Santa al iniciarse en este día las procesiones y representa el dolor de la Virgen María por la muerte y crucifixión de su hijo Jesús.

La Virgen, representada con lágrimas en los ojos y en ocasiones con una daga en el pecho, encarna los siete dolores que sufre antes de la pasión y muerte de Jesucristo.

Los cristianos manifiestan su fervor religioso en la celebración de los Dolores de Nuestra Señora, incluyendo por ejemplo en la liturgia de la Misa la secuencia del Stabat Mater, una plegaria que medita sobre el sufrimiento de María durante la crucifixión y muerte de Jesús, su hijo. En algunos lugares se le denomina Viernes de Concilio, y se toma como día de ayuno y abstinencia, quedando prohibido el consumo de carne.

¿Qué se celebra el Viernes de Dolores?

La celebración de Nuestra Señora de los Dolores es una antigua celebración mariana con muchísimo arraigo en Europa y en América. Prueba de ello son las numerosas muestras de piedad popular en torno a su devoción.

En este día se contempla la figura de María en la Pasión, acompañando a Jesús en la distancia y sufriente al pie de la Cruz. La Virgen Dolorosa, como también se la conoce popularmente, encarna siete dolores que son contemplados piadosamente por los fieles. Estos dolores los sufrió María durante toda su vida y están muy relacionados con su Hijo. Era el cumplimiento de lo que le dijo el anciano Simeón al presentar al Señor en el Templo: “Y a ti una espada te atravesará el alma”.

Los ‘siete dolores’ de la Virgen

Los siete dolores de la Virgen muestran momentos claves de la vida de Jesús y de su camino hacia la crucifixión y muerte. El primero se refiera a la profecía de Simeón cuando le anunció que una espada de dolor atravesaría su alma por los sufrimientos de Jesús. En cierto modo Simón manifestó que la participación de la Virgen María en la redención sería a base de dolor.

La huida a Egipto representa el segundo dolor, el que sintió cuando tuvo que huir con José y Jesús repentinamente y de noche tan lejos para poder salvar a su Hijo de la matanza decretada por Herodes. María vivió auténticos padecimientos viendo que Jesús ya era perseguido de muerte siendo un bebé.

Las lágrimas que derramó La Virgen María y el dolor que sintió al perder a su Hijo son el tercero de los 7 dolores de la Virgen. Tres días buscándolo angustiada hasta que lo encontraron en el templo.

En el cuarto de los 7 dolores de la Virgen pensamos en el profundo dolor que sintió la Virgen María cuando vio a Jesús cargado con la cruz, llevando el instrumento de su propio martirio.

El quinto de los 7 dolores de la Virgen María es el sufrimiento que sintió al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de su Hijo amado. La agonía de María viendo a Jesús sufriendo en la cruz.

En el sexto de los 7 dolores de la Virgen, revivimos el sufrimiento que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo sin vida de su querido Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo.

El duelo por la sepultura y la soledad es el sufrimiento infinito que siente una Madre al enterrar a tu Hijo y aunque tú sepas que al tercer día resucitara, el trance de la muerte es real para la Virgen. Este es el último de los 7 dolores de la Virgen y el más duro de todos.

¿Qué contemplamos el Viernes de Dolores?

Así, en Viernes de Dolores contemplamos piadosamente el dolor de una Madre transida de sufrimiento por su Hijo.

Así nos la representa la iconografía: de negro, con una espada atravesándole el corazón, con lágrimas en los ojos, las manos con los dedos entrelazadas en actitud de súplica desesperada en medio del dolor y la cara desencajada de tanto sufrimiento.

(Fuente: Cope)

La Arquidócesis de Santo Domingo orienta sobre la celebración de esta Semana Santa

La Arquidócesis de Santo Domingo orienta sobre la celebración de esta Semana Santa

A TODA LA ARQUIDIOCESIS DE SANTO DOMINGO

Muy queridos hermanos y hermanas:

Se acerca la Semana Santa. Sé que todos ustedes están esperando algunas orientaciones para las celebraciones de estos días.

Para la celebración del Misterio Pascual en este tiempo de pandemia establecemos lo siguiente:

1.El Domingo de Ramos en la Catedral y en todas las Parroquias celebraremos la entrada del Señor con la bendición de los ramos sin procesión, siguiendo la tercera forma establecida en el Misal Romano.
2.Lunes, Martes y Miércoles Santos se tendrá la Eucaristía, Retiros y otros actos piadosos propios de estos días, obviando las procesiones.
3.El Martes Santo, a las 9:30 a.m., celebraremos la Misa Crismal en la Catedral Castrense Santa Bárbara.
4.El Jueves Santo a las 9:30 a.m., celebraremos la Misa Crismal en la Catedral Primada, presidida por el Arzobispo, con la participación de todos los sacerdotes de la Arquidiócesis y una reducida representación de la vida consagrada y de los laicos formada por 5 personas por Vicaría Episcopal Territorial y el Distrito Nacional.
5.El Jueves Santo en la tarde celebraremos la Misa Vespertina de la Cena del Señor en la Catedral y en las Parroquias sin incluir el lavatorio de los pies. La tradicional Adoración Eucarística se organizará en grupos reducidos, guardando el horario del Toque de Queda y continuando hasta las 3 de la tarde del Viernes Santo.
6.El Viernes Santo se tendrá desde la Catedral Primada de América, el acostumbrado Sermón de las 7 palabras. En la tarde de ese celebraremos los oficios de a Pasión del Señor y en la noche el tradicional “Concierto del Viernes Santo” con reducido público y transmitido por los medios de comunicación.
7.El Sábado Santo celebraremos a las 6:00 p.m., la solemne Vigilia Pascual en la Catedral y en todas las Parroquias. El lucernario se tendrá en la puerta del templo con procesión del Celebrante y sus ministros y sin celebraciones del Bautismo. Siguiendo la fórmula breve del ritual.
8.El Domingo de Pascua se tendrán las Celebraciones Eucarísticas en la Catedral y en todas las Parroquias en el horario conveniente.

Todo se hará como lo hemos hecho hasta ahora asegurando el estricto cumplimiento del protocolo establecido por el Ministerio de Salud respeto al uso de mascarillas, distanciamiento físico y aplicación de desinfectantes.

Les recomiendo que hagamos todo con PRUDENCIA Y CREATIVIDAD.

Imploramos al Señor Resucitado, vencedor de la muerte y de todos los males, la superación de esta pandemia y que el proceso de vacunación llegue a todos y siga abriendo caminos de luz y de esperanza en esta situación.

Con bendiciones,

† MONS. FRANCISCO OZORIA ACOSTA
Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo
Primado de América

(Fuente: Diario Católico)