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¡Alegría para la Iglesia! Proclaman beato a Fray Mamerto Esquiú

¡Alegría para la Iglesia! Proclaman beato a Fray Mamerto Esquiú

Esta mañana fue proclamado beato, Fray Mamerto Esquiú, en una ceremonia celebrada por el delegado papal y Arzobispo emérito de Tucumán, Cardenal Luis Héctor Villalba, en el campus de la Iglesia de San José de Piedra Blanca, en la provincia argentina de Catamarca.

La Santa Misa inició a las 10 de la mañana (hora local), en un día soleado, con la presencia cientos de personas en la explanada del templo, quienes tuvieron que guardar una distancia prudente debido a razones sanitarias.

La ceremonia fue concelebrada por el Arzobispo de Córdoba, Mons. Carlos José Ñáñez; el Obispo de Catamarca, Mons. Luis Urbanc; y el Nuncio Apostólico, Mons. Miroslaw Adamczyk, así como varios obispos y sacerdotes diocesanos y de la Orden Franciscana de Hermanos Menores, de la que formó parte el nuevo beato.

Tras la lectura de la biografía de Fray Mamerto Esquiú, inició el rito de beatificación, en el que el delegado papal leyó en latín la carta apostólica del Santo Padre que concede la beatificación y establece la fecha de la fiesta litúrgica. Esta última se celebrará el 11 de mayo de cada año, aniversario del natalicio del nuevo beato.

“Acogiendo el deseo de nuestros hermanos, Carlos José Ñáñez, arzobispo de Córdoba, y Luis Urbanc, obispo de Catamarca, así como de muchos otros hermanos en el episcopado, y de muchos fieles; y después de haber recibido el parecer de la Congregación para las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica, concedemos que el venerable Siervo de Dios Mamerto Esquiú, de la Orden de Frailes Menores, obispo de Córdoba, promotor del bien común, actor celante y fiel anunciador del evangelio, de ahora en adelante sea llamado beato. Fray Mamerto de la Ascensión Medina ha sido incluido en el Libro de los Beatos”, se leyó.

A pocos minutos para las 11 de la mañana se desplegó la imagen oficial del nuevo beato. A las 12:45 p.m. inició una caravana con la imagen y las reliquias del Fray Mamerto.

Breve biografía

Mamerto de la Ascensión Esquiú Medina nació el 11 de mayo de 1826 en Catamarca.

Ingresó al noviciado del convento franciscano de Catamarca en mayo de 1836 e hizo sus votos a los 17 años. Fue educador de niños y catedrático. Se hizo conocido por sus fervorosas homilías.

Luego de la guerra civil, el 9 de julio de 1853 predicó el famoso sermón de la Constitución. En ese discurso pidió concordia y unión para los argentinos ofreciendo una doctrina jurídica y sociológica sólida. Por esto se le reconoce como el “Orador de la Constitución”.

Por aclamación popular accedió a ser diputado del departamento Valle Viejo. Fray Mamerto fomentó, inspiró y ejecutó acciones hacia la industria minera, la creación de la renta pública, la instalación del alumbrado público, la creación de escuelas, la introducción de la imprenta, entre otros.

Fue designado Obispo de Córdoba el 12 de diciembre de 1880 y asumió su cargo el 16 de enero de 1881.

Falleció el 10 de enero de 1883 en la localidad catamarqueña de El Suncho y en 2005 fue declarado Siervo de Dios.

Sus restos mortales descansan en la Catedral de Córdoba y su corazón incorrupto aún está desaparecido tras el robo ocurrido en enero de 2008 en el convento franciscano de Catamarca.

El 16 de junio, el Congreso Ordinario de Cardenales del Vaticano aprobó con voto unánime el milagro atribuido a la intercesión de Fray Mamerto Esquiú, y posteriormente fue aprobado por el Papa Francisco. El milagro consistió en la curación sin explicación científica de una niña que padecía osteomielitis.

Durante la ceremonia del 4 de septiembre de 2021, Mons. Luis Urbanc, Obispo de Catamarca, le entregó un Rosario a Emma, la niña del Milagro. Dicho regalo fue un regalo enviado el Papa Francisco.

(Fuente: Aciprensa)

Martirio en un campo de concentración: “Ella era un ángel en un abismo de mal”

Martirio en un campo de concentración: “Ella era un ángel en un abismo de mal”

JULIA RODZINSKA; POLAND; MV01

Fue brutalmente apaleada. La beata sor Julia Rodzińska sacó fuerzas y esperanzas de la oración. Recibió visitas de presos de diversas nacionalidades que querían rezar el rosario.
Sus compañeros presos la calificaban de ángel de bondad. La beata Julia Rodzińska murió en el campo de concentración de Stutthof a los 46 años. Se encontraba entre los 108 mártires que murieron durante la Segunda Guerra Mundial y que fueron beatificados por el papa Juan Pablo II. Fue la primera monja dominica en ser elevada a los altares.

En el campo, sor Julia Rodzińska lo compartía literalmente todo, incluyendo el pan, con los demás. Precisamente de una rebanada de pan se hizo las cuentas de un rosario. Extraía fuerzas y esperanza del rezo del rosario. Prisioneros de diferentes nacionalidades acudían a ella: “Vayan a sor Julia por el rosario”, solían decir.

Madre de huérfanos

Tras la muerte de sus padres, fue cuidada por monjas dominicas de un convento cercano dirigido por sor Stanisława Lenart. Tras terminar la escuela, Stanisława Maria (o Estanislava María) se educó en el Centro de Formación de Docentes de Nowy Sącz, Polonia.

A los 17 años de edad, decidió abandonar la escuela para ingresar en la congregación de las Hermanas de Santo Domingo. Vistió el hábito blanco y asumió el nuevo nombre de María Julia. Fue enviada a Cracovia, donde continuó sus estudios y, tras pasar el examen de cualificación, obtuvo una licencia de maestra permanente.

Era especialmente sensible hacia los huérfanos y cuidó de su vestimenta y su educación. Luego, prosiguió con su vocación en Mielżyn n. Gniezno, Rawa Ruska y Vilna. Cuidó de los niños y los jóvenes más pobres, trabajó como niñera en un orfanato, mostrando apoyo a los niños y ayudándoles a recibir una educación.

Cuando el ejército soviético invadió Vilna, la situación de las monjas cambió drásticamente a peor. En septiembre de 1920, las hermanas dominicas fueron despedidas de su trabajo y, con permiso de las autoridades eclesiásticas, empezaron a vestir ropa seglar.
Sor Julia siguió enseñando clandestinamente durante la ocupación alemana hasta su arresto en 1943.

Un ángel bueno en el infierno del campo de concentración
La monja fue encarcelada y torturada en Łukiszki. No obstante, no renunció a su fe ni a sus valores centrales. Estuvo cautiva durante un año en una celda de aislamiento y luego fue evacuada con otros prisioneros al campo de concentración de Stutthof.

A partir de entonces, Julia se convirtió en el número 40992. Las condiciones del campo eran duras. Suciedad, alimañas, acceso limitado a agua potable, pocas raciones de comida distribuidas en condiciones extremas que insultaban la dignidad humana… Sin embargo, ella no perdió la esperanza y era amable con todo el mundo.

Un día, se enteró de que un preso planeaba quitarse la vida en el campo judío, así que ella le estuvo enviando mensajes secretos hasta que él le aseguró que no se suicidaría. Más tarde, ese mismo hombre admitió que fue sor Julia quien le infundió esperanza para sobrevivir al infierno del campo.

Rosario hecho de pan

La monja animaba a los demás a rezar. Llegó incluso a fabricar las cuentas de un rosario usando una rebanada de pan del campo. Ewa Hoff, una de las supervivientes, describió un momento emotivo:

“Me tocó con suavidad, como solamente una madre podría despertar a un niño: ‘Tengo algo de sopa para ti y me gustaría que la comieras mientras aún está caliente. Es la única razón por la que te despierto’”, le dijo sor Rodzińska.

Mira las fotografías de la beata sor Rodzińska

Una testigo de misericordia

Cuando una epidemia de tifus estalló en el campo en 1944, las autoridades aislaron el campo judío de las demás instalaciones. El plan era que todos los judíos murieran. Los prisioneros evitaban el bloque mortífero, pero no sor Julia, que organizó repartos de medicinas y agua. Continuó ayudando incluso cuando ella misma contrajo el tifus. Los presentes atestiguaron que Rodzińska “repartía misericordia en condiciones donde la existencia de la misericordia se había olvidado”. Murió la muerte de una mártir.

Uno de los presos cubrió el cuerpo desnudo de sor Julia, apilado sobre los demás cadáveres que habían de ser quemados, con una pieza de la vestimenta rayada del campo de concentración para expresar gratitud y respeto hacia su vida de sacrificio por los demás.

Ojos en la Eternidad

Durante la Sagrada Misa que marcó el 20.º aniversario de su beatificación, el padre Piotr Ciuba, OP, prior del priorato dominico de Cracovia, declaró: “Ella era un ángel en un abismo de mal que ofreció ayuda a quienes sufrían. Ella es prueba de que el bien puede florecer incluso donde el mal parece haber arraigado”.

Los supervivientes del campo la recuerdan como una “monja arrodillada sobre un tablón de madera, con la espalda recta y la mirada alzada, con los ojos fijos en la Eternidad”.

(Fuente: Aleteia)

Carlo Acutis: Este es el milagro que lo hará beato

Carlo Acutis: Este es el milagro que lo hará beato

Matheus, el niño sanado milagrosamente por intercesión de Carlo Acutis. Crédito: Danielle Valentim (Campo Grande News)

Carlo Acutis, el ciberapóstol de la Eucaristía, será beatificado este 10 de octubre en Asís (Italia), gracias a un milagro obrado por su intercesión en Brasil, donde un niño resultó curado de una grave enfermedad.

El niño del milagro se llama Matheus. Él padecía una malformación congénita conocida como páncreas anular. Su madre, Luciana Vianna, rezó durante cuatro años por su sanación.

Según la prensa brasileña, la madre se preguntaba durante las Misas por qué se mencionaban a santos con milagros realizados hace más de cien años. “La Iglesia necesita santos actuales”, le decía a un amigo sacerdote, el P. Marcelo Tenorio.

“¿Dónde están los inmensos milagros que impresionaron a la gente?”, fue una de las preguntas que Luciana le hizo al P. Tenorio. Cuando Matheus, su hijo menor, estaba a punto de cumplir cuatro años y su vida corría peligro, los médicos le dijeron que debía recurrir a toda su fe.

Luciana rezó varias novenas para pedir la sanación de su hijo, pero “no era suficiente, me di cuenta de que necesitaba rezar todos los días». La madre siguió rezando en la pequeña capilla levantada en la parte trasera de la casa y en el altar que hizo en su habitación, pidiendo que algún día Matheus se pudiera alimentar solo.

A los tres años y medio de edad, el niño pesaba solo nueve kilos y “se alimentaba de una sustancia que llamábamos leche”, pero que era un batido con proteína y vitaminas, pues su “cuerpo no tenía tiempo suficiente para absorberlo, (ya que el batido) solo estaba unos minutos en el estómago”.

El milagro

Mientras Luciana seguía rezando por su hijo, el P. Tenorio se enteró por Internet de la vida de Carlo Acutis.

En declaraciones a Famiglia Cristiana, el postulador de la causa de beatificación, Nicola Gori, dijo que el sacerdote brasileño contactó con Antonia Salzano, la madre del futuro beato y con ocasión de un nuevo aniversario de la muerte de Carlo, el P. Tenorio “propuso a la comunidad algunas jornadas de oración”, relató el postulador.

“El 12 de octubre de 2013, a siete años de la muerte de Carlo, un niño, afectado por una malformación congénita (páncreas anular), llegado su turno de tocar la estampita del futuro beato, expresó un singular deseo, como una oración: ‘Quisiera poder no vomitar más’. Inmediatamente comenzó la curación, al punto que la morfología del órgano en cuestión cambió”, afirmó el postulador.

Luciana dijo que cuando se enteró de que la reliquia estaría en la parroquia, vio la oportunidad para pedirle al “nuevo santo” el milagro con el que tanto soñó. “El cura dijo que quien necesitaba un milagro debía pedírselo a Carlo, porque para convertirse en santo necesitaba un encargo. Era lo que faltaba”, recordó.

Entonces la madre comenzó a dedicar novenas al adolescente italiano hasta el día de la Misa en la que estaría la reliquia. “Siempre tuve la costumbre de besar las reliquias de los santos, pero para explicarle a Matheus lo que significaba, le conté una historia. Él solo dijo ‘lo entendí’ y yo no dije nada más”.

Así, en la Misa, cuando le llegó el turno a Luciana, ella se encontraba en el pasillo de la iglesia acompañada de su padre, quien pidió llevar a Matheus en sus brazos. Mientras se acercaba a la reliquia, el abuelo del niño se inclinó para besar la reliquia, pero Matheus puso su brazo para detenerlo.

Al niño le habían explicado que la petición se hacía en el corazón, pero él pidió en voz alta dejar de vomitar. El sacerdote me preguntó qué era eso y me quedé sin respuesta, dijo la madre.

Cuando Luciana preguntó a su hijo qué había pedido, Matheus la sorprendió respondiendo que ya estaba curado gracias a Carlo Acutis. Ya en casa, el niño pidió comer y le preguntó a su hermano cuál era la mejor comida que había probado. Los dos eligieron arroz, frijoles, bistec y papas fritas.

La mamá le sirvió la cantidad que come un adulto, creyendo que no lo terminaría, pero Matheus acabó su ración y pidió más. Luciana esperó a que el niño vomitara la comida, pero eso no sucedió.

La madre esperó un mes hasta estar segura de que su hijo podría comer normalmente. Luego volvió donde los médicos y estos le dijeron que su crecimiento no sería “de la noche a la mañana”, ya que el organismo no había crecido en el momento adecuado como otros niños. «Los médicos me explicaron que permanecería delgado por un tiempo, pero ya estaba ganando altura» y peso.

Luciana ve en el milagro una oportunidad para evangelizar. “Antes, ni siquiera usaba mi teléfono celular, era reacia a la tecnología. Carlo cambió mi forma de pensar, era conocido por hablar de Jesús en Internet, y me di cuenta que mi testimonio sería una forma de evangelizar y dar esperanza a otras familias. Hoy entiendo que todo lo nuevo puede ser bueno, si lo usamos para bien”, afirmó.

Debido a la pandemia del coronavirus y el cierre de fronteras, Matheus y su familia no han podido viajar a Italia para asistir a la ceremonia de beatificación.

(Fuente: Aciprensa)

Nuevos Santos para la Iglesia, entre ellos Charles de Foucauld

Nuevos Santos para la Iglesia, entre ellos Charles de Foucauld

El Pontífice autorizó el decreto que reconoce el martirio del Siervo de Dios Cosma Spessotto (en el siglo Sante), sacerdote profeso de la Orden de los Frailes Menores, asesinado en El Salvador, por odio a la fe, el 14 de junio de 1980.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer que, este 26 de mayo de 2020, el Papa Francisco recibió en audiencia al Cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Durante la audiencia, el Sumo Pontífice autorizó a la misma Congregación a promulgar los decretos relativos a la causa de tres nuevos Santos.

Tres nuevos Santos
El Santo Padre ha autorizado la promulgación del decreto relativo al milagro, atribuido a la intercesión del beato César de Bus, sacerdote, fundador de la Congregación de los Padres de la Doctrina Cristiana (Doctrinari); nacido el 3 de febrero de 1544 en Cavaillon (Francia) y muerto en Aviñón (Francia) el 15 de abril de 1607. Asimismo, el Pontífice autorizó el milagro, atribuido a la intercesión del beato Charles de Foucauld (conocido como Charles de Jesús), sacerdote diocesano; nacido en Estrasburgo (Francia) el 15 de septiembre de 1858 y muerto en Tamanrasset (Argelia) el 1 de diciembre de 1916. Por último, el Papa autorizó la publicación del milagro, atribuido a la intercesión de la beata María Domenica Mantovani, cofundadora y primera Superiora General del Instituto de las Hermanitas de la Sagrada Familia; nacida el 12 de noviembre de 1862 en Castelletto di Brenzone (Italia) y fallecida allí el 2 de febrero de 1934.

Beatos y mártires
En la audiencia al Cardenal Angelo Becciu, el Papa Francisco también autorizó la publicación del decreto relativo al milagro, atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Michael McGivney, sacerdote diocesano, fundador de la Orden de los Caballeros de Colón, (The Knights of Columbus); nacido el 12 de agosto de 1852 en Waterbury (Estados Unidos de América) y muerto en Thomaston (Estados Unidos de América) el 14 de agosto de 1890. Además, la Iglesia reconoce el milagro, atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios Pauline-Marie Jaricot, Fundadora de las Obras del «Consejo de Propagación de la Fe» y del «Rosario Vivo»; nacida el 22 de julio de 1799 en Lyon (Francia) y fallecida allí el 9 de enero de 1862.

Asimismo, el Pontífice autorizó el decreto que reconoce el martirio de los Siervos de Dios Simeone Cardon y 5 compañeros, religiosos profesos de la Congregación Cisterciense de Casamari; asesinados en Casamari, por odio a la Fe, entre el 13 y el 16 de mayo de 1799. Como también el martirio del Siervo de Dios Cosma Spessotto (en el siglo Sante), sacerdote profeso de la Orden de los Frailes Menores; nacido el 28 de enero de 1923 en Mansué (Italia) y asesinado en San Juan Nonualco (El Salvador), por odio a la fe, el 14 de junio de 1980.

Por último, el Papa autorizó el decreto sobre las virtudes heroicas del Siervo de Dios Melchior-Marie de Marion Brésillac, Obispo titular de Prusa, ex vicario apostólico de Coimbaore, fundador de la Sociedad de Misiones Africanas; nacido el 2 de diciembre de 1813 en Castelnaudary (Francia) y muerto en Freetown (Sierra Leona) el 25 de junio de 1859.

(Fuente: Vatican News)