Parroquia El Buen Pastor – República Dominicana

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Puerto Rico: Iglesia y vacunas contra Covid-19

Puerto Rico: Iglesia y vacunas contra Covid-19

Coronavirus Puerto Rico (AFP or licensors)

Una Carta Pastoral de la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico destaca el esfuerzo de los científicos para realizar las vacunas, confirma que no utilizan en su producción embriones humanos y por lo tanto “no existe ninguna objeción moral”, pero advierte que se trata de un bien común que no puede ser un privilegio para unos pocos.
Alina Tufani-Ciudad del Vaticano

La Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico difundió una Carta Pastoral sobre las vacunas contra el Covid-19 en la cual manifiesta no sólo la satisfacción por su expedita realización sino por la novedosa implementación de técnicas que evitan el uso de embriones humanos en su realización. Cuestiones históricas, científicas, morales y culturales son expuestas en las doce páginas que llevan la firma del Arzobispo Metropolitano, monseñor Roberto González Nieves y del Obispo auxiliar, monseñor Alberto Figueroa Morales .

“Hoy, gracias al esfuerzo de tantos hombres y mujeres de ciencia, vemos una posible luz al final del camino con las vacunas contra el Covid-19. Es una inédita carrera contra el reloj que admiramos, reconociendo, al mismo tiempo, el valor de estas investigaciones que repercuten en bien de la humanidad”, se lee en el documento.

La gran prueba que este año 2020 ha puesto de cara a la humanidad, la “desoladora pandemia de Covid-19”, abre la Carta Pastoral que describe las vicisitudes personales y comunitarias que los seres humanos han sufrido y siguen sufriendo a causa del virus mortal y que, ahora con las vacunas en mano, servirá para “defendernos”. «Las vacunas han sido un gran avance para la humanidad» resalta la nota que recuerda que la primera vacuna fue contra la viruela; «un virus que doblegaba el mundo hacía muchos siglos».

Tras elogiar la rapidez del desarrollo de las vacunas contra el Covid-19, el documento informa sobre las dos que hasta el momento han sido aprobadas por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, del Departamento de Salud de Puerto Rico y la «Food and Drugs Administration: la de PfizerBioNTech y la de Moderna, ambas realizadas con «novedosos métodos» computarizados.

“Para la tranquilidad de todos y todas, es importante añadir, que los expertos en este campo aseguran que estas vacunas no amenazan la riqueza y la singularidad genética del ADN humano. A estos avances de la ciencia reaccionamos con gran entusiasmo y esperanza, sabiendo de antemano, de la existencia de un plan de contingencia para la vacunación en Puerto Rico”, anuncia la arquidiócesis.

Ciertamente la cuestión ética y moral para los cristianos está al centro de todo el documento que recuerda los preceptos de la Doctrina Moral de la Iglesia, según la cual los actos experimentales que reducen la creatura humana a un simple “material biológico instrumental”, es decir, al uso de embriones humanos o líneas celulares de fetos abortados en la investigación científica es un delito que atenta contra la dignidad del ser humano inocente.

“Las dos vacunas que llegan a Puerto Rico (Pfizer-BioNTech – Moderna), no utilizan en su producción líneas celulares de embriones humanos provenientes de abortos o fetos. No obstante, éstas sí fueron usadas en experimentos de laboratorio”, explica la Carta pastoral basados sobre el estudio del observatorio “Charlotte Lozier Institute”, un instituto que promueve la comprensión pública del valor de la vida humana y el desarrollo ético de las vacunas. Al respecto, la Iglesia puertorriqueña reitera que “en cuanto al diseño, desarrollo y producción de las primeras dos vacunas” a las que se hace referencia “no existe ninguna objeción moral” pues su «secuencia fue hecha en computador».

Otro capítulo del documento señala que recibir estas dos vacunas del Covid-19 es un “bien mayor público y personal” y que por lo tanto, a la luz de la “justicia social” y del derecho universal a la salud, y más en esta situación de crisis, “las vacunas no pueden ser un privilegio para unos pocos”, sino que pertenecen al ámbito del bien común que «se antepone a cualquier oportunidad de lucro».

“Instamos a las autoridades a no discriminar contra nadie al administrar la vacuna contra el Covid-19. Son especialmente los más vulnerables quienes deben tener un acceso prioritario”, advierte la Iglesia puertorriqueña que recuerda que “todos somos hermanos” y lo que afecta al pobre, afecta al rico y viceversa.

Por último, el arzobispo González Nieves invita a los fieles a vivir estas fiestas con una humilde alegría y con sobriedad, a no bajar la guardia, pero tampoco que la distancia física se convierta en la excusa de la indiferencia hacia los seres queridos y los necesitados.

“Aunque existan otros «covid» que amilanan nuestra vida personal y social, así como la de nuestra Patria, esto no debe tampoco limitar nuestros deseos de eternidad. Estos males pueden ser superados con las vacunas de la fe, la esperanza y la caridad”, concluye el documento.

(Fuente: Vatican News)

Vaticano se pronuncia sobre la moralidad de las vacunas contra COVID-19

Vaticano se pronuncia sobre la moralidad de las vacunas contra COVID-19

Imagen referencial. Foto: Fernando Zhiminaicela / Pixabay

La Congregación para la Doctrina de la Fe publicó una nota sobre “la moralidad del uso de algunas vacunas contra el COVID-19”, ante los actuales debates en la opinión pública sobre este tema.

Según informó la oficina de prensa de la Santa Sede, la nota publicada este 21 de diciembre y firmada por el prefecto, Cardenal Luis Ladaria; y el secretario, Mons. Giacomo Morandi, fue aprobada por el Papa Francisco.

En el texto, la Congregación para la Doctrina de la Fe “pide tanto a las empresas farmacéuticas como a los organismos sanitarios gubernamentales, que produzcan, aprueben, distribuyan y ofrezcan vacunas éticamente aceptables que no creen problemas de conciencia, ni al personal sanitario ni a los propios vacunados”.

A continuación, la nota con las indicaciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe:

La cuestión sobre el uso de las vacunas, en general, suele estar en el centro de insistentes debates en la opinión pública. En los últimos meses, han llegado a esta Congregación varias peticiones de una opinión sobre el uso de algunas vacunas contra el virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, desarrolladas recurriendo, en el proceso de investigación y producción, a líneas celulares que provienen de tejidos obtenidos de dos abortos ocurridos en el siglo pasado. Al mismo tiempo, se han producido diversas declaraciones en los medios de comunicación por parte de Obispos, Asociaciones Católicas y Expertos, diferentes entre sí y a veces contradictorias, que también han planteado dudas sobre la moralidad del uso de estas vacunas.

Sobre esta cuestión ya hay un importante pronunciamiento de la Pontificia Academia para la Vida, titulado “Reflexiones morales acerca de las vacunas preparadas a partir de células procedentes de fetos humanos abortados” (5 junio 2005). Además, esta Congregación se expresó al respecto con la Instrucción Dignitas Personae (8 de septiembre de 2008) (cf. nn. 34 y 35). En 2017, la Pontificia Academia para la Vida volvió a tratar el tema con una Nota. Estos documentos ya ofrecen algunos criterios generales dirimentes.

Dado que están ya disponibles, para su distribución y administración en diversos países, las primeras vacunas contra la Covid-19, esta Congregación desea ofrecer algunas indicaciones que clarifiquen este tema. No se pretende juzgar la seguridad y eficacia de estas vacunas, aun siendo éticamente relevante y necesario, porque su evaluación es competencia de los investigadores biomédicos y las agencias para los medicamentos, sino únicamente reflexionar sobre el aspecto moral del uso de aquellas vacunas contra la Covid-19 que se han desarrollado con líneas celulares procedentes de tejidos obtenidos de dos fetos abortados no espontáneamente.

1. Como se afirma en la Instrucción Dignitas Personae, en los casos en los que se utilicen células de fetos abortados para crear líneas celulares para su uso en la investigación científica, “existen diferentes grados de responsabilidad” en la cooperación al mal. Por ejemplo, “en las empresas que utilizan líneas celulares de origen ilícito no es idéntica la responsabilidad de quienes deciden la orientación de la producción y la de aquellos que no tienen poder de decisión”.

2. En este sentido, cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables (por ejemplo, en países en los que no se ponen a disposición de médicos y pacientes vacunas sin problemas éticos o en los que su distribución es más difícil debido a las condiciones especiales de almacenamiento y transporte, o cuando se distribuyen varios tipos de vacunas en el mismo país pero, por parte de las autoridades sanitarias, no se permite a los ciudadanos elegir la vacuna que se va a inocular) es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción.

3. La razón fundamental para considerar moralmente lícito el uso de estas vacunas es que el tipo de cooperación al mal (cooperación material pasiva) del aborto provocado del que proceden estas mismas líneas celulares, por parte quienes utilizan las vacunas resultantes, es remota. El deber moral de evitar esa cooperación material pasiva no es vinculante si existe un peligro grave, como la propagación, por lo demás incontenible, de un agente patógeno grave: en este caso, la propagación pandémica del virus SARS-CoV-2 que causa la Covid-19.

Por consiguiente, debe considerarse que, en este caso, pueden utilizarse todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con conciencia cierta que el recurso a tales vacunas no significa una cooperación formal con el aborto del que se obtuvieron las células con las que las vacunas han sido producidas. Sin embargo, se debe subrayar que el uso moralmente lícito de este tipo de vacunas, debido a las condiciones especiales que lo posibilitan, no puede constituir en sí mismo una legitimación, ni siquiera indirecta, de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica por parte de quienes recurren a estas vacunas.

4. De hecho, el uso lícito de esas vacunas no implica ni debe implicar en modo alguno la aprobación moral del uso de líneas celulares procedentes de fetos abortados. Por lo tanto, se pide tanto a las empresas farmacéuticas como a los organismos sanitarios gubernamentales, que produzcan, aprueben, distribuyan y ofrezcan vacunas éticamente aceptables que no creen problemas de conciencia, ni al personal sanitario ni a los propios vacunados.

5. Al mismo tiempo, es evidente para la razón práctica que la vacunación no es, por regla general, una obligación moral y que, por lo tanto, la vacunación debe ser voluntaria. En cualquier caso, desde un punto de vista ético, la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común. Bien que, a falta de otros medios para detener o incluso prevenir la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para proteger a los más débiles y más expuestos.

Sin embargo, quienes, por razones de conciencia, rechazan las vacunas producidas a partir de líneas celulares procedentes de fetos abortados, deben tomar las medidas, con otros medios profilácticos y con un comportamiento adecuado, para evitar que se conviertan en vehículos de transmisión del agente infeccioso. En particular, deben evitar cualquier riesgo para la salud de quienes no pueden ser vacunados por razones médicas o de otro tipo y que son los más vulnerables.

6. Por último, existe también un imperativo moral para la industria farmacéutica, los gobiernos y las organizaciones internacionales, garantizar que las vacunas, eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario, y éticamente aceptables, sean también accesibles a los países más pobres y sin un coste excesivo para ellos. La falta de acceso a las vacunas se convertiría, de algún modo, en otra forma de discriminación e injusticia que condenaría a los países pobres a seguir viviendo en la indigencia sanitaria, económica y social.

El Sumo Pontífice Francisco, en la Audiencia concedida al suscrito Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en fecha 17 diciembre 2020, ha examinado la presente Nota y ha aprobado la publicación.

(Fuente: Aciprensa)

José Feliciano, intérprete de “Feliz Navidad”, habla de su fe y de cómo se volvió provida

José Feliciano, intérprete de “Feliz Navidad”, habla de su fe y de cómo se volvió provida

El intérprete de la exitosa canción navideña “Feliz Navidad”, José Feliciano, contó en una reciente entrevista cómo Dios le reveló el plan especial que tenía para su vida, la música, y la razón por la cual se convirtió en provida, tras haber apoyado el aborto durante años.

José nació ciego en una familia católica en Puerto Rico en 1945, siendo el cuarto de 11 hijos. Emigró a los Estados Unidos cuando era joven y hoy vive en Connecticut. Es un católico practicante, ha actuado en el Vaticano y se ha reunido en privado con el Papa Francisco.

En una entrevista concedida al National Catholic Register, Feliciano aseguró que Dios le enseñó su plan desde que era niño: “Dios tuvo misericordia de mí porque nací en un entorno tan pobre, además de que nací ciego”, contó.

“En una familia latina, más que en una estadounidense, ser ciego es como tener la peste. Con eso, quiero decir que mis padres al principio pensaron que no había futuro para mí, por lo tanto, no podía moverme y hacer todas las cosas en las que piensan los padres… y me parecía que antes de que ellos leyeran la Biblia o haga otras cosas conmigo, Dios me estaba empujando al área de la música. Dios me estaba mostrando la luz desde que nací”, reconoció el artista

“Creo que un niño –continuó– realmente comienza a pensar por sí mismo a la edad de 4 años, y de alguna manera a esa edad cuando escuchaba a mis tíos tocar música, parecía que Dios me estaba enviando un mensaje, que me estaba guiando en esa dirección”.

En la entrevista, Feliciano reveló que “solía estar a favor del aborto, hace muchos, muchos años”. “Pero luego, cuando tuve a mi hija Melissa, fui por el otro lado… cuando escuché el pequeño latido de Melissa en el monitor, dije: ‘Bueno, espera un minuto. Incluso si todo lo que hay es un latido, así es la vida, así es la vida…”.

Por otra parte, el artista reconoció que su fe católica también lo ha ayudado en tiempos difíciles.

“Algunas personas me han dicho: ‘Estás ciego porque era la voluntad de Dios’. ¡Eso es una tontería! Dios no quiere que sus hijos se enfermen de ninguna manera. Si tiene una deformidad, no es obra de Dios. Es solo una de esas cosas que sucede. Es como si el plano de tu copia genética tuviera un defecto. Pasa en las frutas, pasa en los animales, y me pasó a mí”, dijo.

“La mayor tragedia para muchas personas discapacitadas es que dejan que otros las convenzan de que existen límites para lo que pueden lograr. Simplemente no es así (…”,) debemos tener cuidado de escuchar a las personas que nos dicen que no podemos hacer esto o aquello”, añadió.

También contó que uno de los principales impulsores para ser exitoso fue el de “salir de la pobreza”.

“No me importa lo que digan algunas personas: la pobreza es algo terrible. Tuvo sus efectos positivos en mí, ya que me ayudó a convertirme en una persona fuerte y me enseñó la compasión. Pero quería dejar de vivir en edificios infestados de cucarachas. Quería tener éxito y hacer lo inesperado”, contó.

Música de José Feliciano

A 50 años de su lanzamiento, la canción “Feliz Navidad” de José Feliciano entró el martes 15 de diciembre de 2020 por primera vez a la lista de Billboard de las 10 canciones más escuchadas de Estados Unidos.

Otros éxitos por los que es conocido incluyen sus interpretaciones de “Light My Fire2 de The Doors y “California Dreamin” de The Mamas & The Papas, así como música para películas y programas de televisión, como el tema de la comedia sitcom de los años 70 “Chico and the Man”.

(Fuente: Aciprensa)

14 niños rescatados de abortorios recibieron el bautismo: “Habéis elegido la vida”

14 niños rescatados de abortorios recibieron el bautismo: “Habéis elegido la vida”

Cardenal Osoro bautiza a uno de los pequeños. Crédito: Archidiócesis de Madrid (España).

14 niños que iban a ser abortados recibieron el bautismo el pasado 27 de septiembre en Madrid (España), durante la celebración las madres “lloraron muchísimo. El bautizo las remueve mucho porque les hace recordar que en algún momento decidieron que ese niño no viviera, pero a la vez les da paz”.

Son hijos de mujeres en situación de vulnerabilidad que fueron ayudadas por la Asociación Más Futuro, una entidad católica que ofrece apoyo a madres gestantes para que no aborten y también una vez que han dado a luz para afrontar el futuro con su pequeño.

Según informan desde la Archidiócesis de Madrid, la ceremonia de bautismo fue presidida por el Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid (España) en la parroquia de San Josemaría Escrivá de Aravaca. Fueron bautizados una niña de 6 años, dos niños de cuatro años y 6 pequeños de menos de un año. 

Aseguran que estaba previsto que también se bautizaran otros 9 niños más pero no pudieron unirse al sacramento por estar a la espera de los resultados de las pruebas PCR de coronavirus.

Durante la ceremonia se cumplieron estrictamente las medidas de seguridad y asistieron los padres y hermanos de los pequeños bautizados; así como los padrinos y algunos de los voluntarios de la Asociación Más Futuro.

Estos voluntarios son en su mayoría jóvenes que se sitúan en las inmediaciones de clínicas abortistas para ofrecer a las madres alternativas a acabar con la vida de su hijo y así darles una oportunidad real para no abortar.

El Cardenal Osoro, dirigiéndose a las madres aseguró: “Vosotras habéis elegido la vida, sabemos que la muerte llegará, pero vosotras habéis elegido la vida”.

Durante la ceremonia el Cardenal Osoro explicó cada una de las partes y los ritos que se realizan dentro del Sacramento del Bautismo ya que en los padres reciben unas catequesis preparatorias y personalizadas que se imparten también desde Más Futuro.

Según explican algunas madres habían abortado en embarazos anteriores, una incluso en 4 ocasiones.

En el bautismo las madres “lloraron muchísimo. El bautizo las remueve mucho porque les hace recordar que en algún momento decidieron que ese niño no viviera, pero a la vez les da paz, porque cuando haces algo que sabes que está bien, te da mucha seguridad en ti misma y mucha paz, que al final es lo que todo el mundo quiere”.

(Fuente: Aciprensa)

El Papa denuncia ante la ONU la promoción del aborto y la destrucción de la familia

El Papa denuncia ante la ONU la promoción del aborto y la destrucción de la familia

El Papa Francisco denunció, ante la 75ª Asamblea General de la ONU que muchos “países y las instituciones internacionales están promoviendo el aborto como uno de los denominados ‘servicios esenciales’ en la respuesta humanitaria”.

“Es triste ver cuán simple y conveniente se ha vuelto, para algunos, negar la existencia de vida como solución a problemas que pueden y deben ser resueltos tanto para la madre como para el niño no nacido”, denunció el Pontífice en un video mensaje enviado desde el Vaticano este viernes 25 de septiembre.

El Santo Padre imploró a las autoridades civiles “que presten especial atención a los niños a quienes se les niegan sus derechos y dignidad fundamentales, en particular, su derecho a la vida y a la educación”.

También subrayó que “los primeros educadores del niño son su mamá y su papá, la familia que la Declaración Universal de los Derechos Humanos describe como el elemento natural y fundamental de la sociedad”.

El Papa denunció, asimismo, el proceso de desintegración de la familia. “Con demasiada frecuencia, la familia es víctima de colonialismos ideológicos que la hacen vulnerable y terminan por provocar en muchos de sus miembros, especialmente en los más indefensos, niños y ancianos, un sentido de desarraigo y orfandad”.

“La desintegración de la familia se hace eco en la fragmentación social que impide el compromiso para enfrentar enemigos comunes. Es hora de reevaluar y volver a comprometernos con nuestros objetivos”.

El Pontífice citó también “las devastadoras consecuencias de la crisis del Covid-19 en los niños, comprendiendo los menores migrantes y refugiados no acompañados. La violencia contra los niños, incluido el horrible flagelo del abuso infantil y de la pornografía, también ha aumentado dramáticamente”.

Recordó que “millones de niños no pueden regresar a la escuela. En muchas partes del mundo esta situación amenaza un aumento del trabajo infantil, la explotación, el maltratado y la desnutrición”.

Salida solidaria a la pandemia

En su mensaje, el Pontífice enfatizó el modo en que la pandemia de coronavirus, todavía en curso, ha cambiado el modo de vida de las personas. “Esta crisis está cambiando nuestra forma de vida, cuestionando nuestros sistemas económicos, sanitarios y sociales, y exponiendo nuestra fragilidad como criaturas”.

El Papa recordó a las muchas personas que han perdido la vida por la COVID 19 y señaló que se necesita “repensar nuestra forma de vida y nuestros sistemas económicos y sociales, que están ampliando las distancias entre pobres y ricos, a raíz de una injusta repartición de los recursos”.

En ese sentido, señaló que la crisis puede dar lugar a dos actitudes diferentes: una individualista y elitista, frente a otra multilateral y solidaria.

Insistió en que el multilateralismo es “expresión de una renovada corresponsabilidad mundial, de una solidaridad fundamentada en la justicia y en el cumplimiento de la paz y de la unidad de la familia humana, proyecto de Dios sobre el mundo”.

El otro camino, el individualista, conduce a “actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento, dejando afuera los más pobres, los más vulnerables, los habitantes de las periferias existenciales. Y ciertamente será perjudicial para la entera comunidad, causando autolesiones a todos. Y esto no debe prevalecer”.

Asimismo, aseguró que “la pandemia ha puesto de relieve la urgente necesidad de promover la salud pública y de realizar el derecho de toda persona a la atención médica básica. Por tanto, renuevo el llamado a los responsables políticos y al sector privado a que tomen las medidas adecuadas para garantizar el acceso a las vacunas contra el COVID-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para atender a los enfermos”.

“Si hay que privilegiar a alguien”, pidió, “que ése sea el más pobre, el más vulnerable, aquel que normalmente queda discriminado por no tener poder ni recursos económicos”.

Garantizar el derecho al trabajo

El Papa Francisco también pidió tener presente los efectos del desarrollo tecnológico sobre el trabajo y, en concreto, advirtió de la tentación de servirse de la robotización y de la inteligencia artificial para desestabilizar el mercado laboral.

“Es particularmente necesario encontrar nuevas formas de trabajo que sean realmente capaces de satisfacer el potencial humano y que afirmen a la vez nuestra dignidad”.

Reclamó un cambio en “el paradigma económico dominante que sólo busca ampliar las ganancias de las empresas. El ofrecimiento de trabajo a más personas tendría que ser uno de los principales objetivos de cada empresario, uno de los criterios de éxito de la actividad productiva. El progreso tecnológico es útil y necesario siempre que sirva para hacer que el trabajo de las personas sea más digno, más seguro, menos pesado y agobiante”.

Cultura del descarte

El Obispo de Roma abogó por elaborar “un marco ético más fuerte capaz de superar la cultura del descarte”.

“En el origen de esta cultura del descarte existe una gran falta de respeto por la dignidad humana, una promoción ideológica con visiones reduccionistas de la persona, una negación de la universalidad de sus derechos fundamentales, y un deseo de poder y de control absolutos que domina la sociedad moderna de hoy. Digámoslo por su nombre: esto también es un atentado contra la humanidad”.

El Papa denunció los muchos derechos fundamentales que se continúan violando con impunidad y, en concreto, citó a la persecución por motivos religiosos, incluyendo genocidios. “También, entre los creyentes religiosos, somos víctimas los cristianos: cuántos sufren alrededor del mundo, a veces obligados a huir de sus tierras ancestrales, aislados de su rica historia y de su cultura”.

Guerras y refugiados

Denunció el empleo en las guerras de armas “convencionales” cada vez menos convencionales y cada vez más “armas de destrucción masiva”, que hace que los conflictos bélicos sean cada vez más destructivos.

“Debemos preguntarnos si las principales amenazas a la paz y a la seguridad como, la pobreza, las epidemias y el terrorismo, entre otras, pueden ser enfrentadas efectivamente cuando la carrera armamentista, incluyendo las armas nucleares, continúa desperdiciando recursos preciosos que sería mejor utilizar en beneficio del desarrollo integral de los pueblos y para proteger el medio ambiente natural”.

Reclamó “desmantelar las lógicas perversas que atribuyen a la posesión de armas la seguridad personal y social. Tales lógicas sólo sirven para incrementar las ganancias de la industria bélica, alimentando un clima de desconfianza y de temor entre las personas y los pueblos”.

En particular aseguró que “la disuasión nuclear fomenta un espíritu de miedo basado en la amenaza de la aniquilación mutua, que termina envenenando las relaciones entre los pueblos y obstruyendo el diálogo. Por eso, es tan importante apoyar los principales instrumentos legales internacionales de desarme nuclear, no proliferación y prohibición”.

El número de desplazados por las guerras es cada vez mayor. “Con frecuencia, los refugiados, los migrantes y los desplazados internos en los países de origen, tránsito y destino, sufren abandonados, sin oportunidad de mejorar su situación en la vida o en la de su familia”.

“Peor aún, miles son interceptados en el mar y devueltos a la fuerza a campos de detención donde enfrentan torturas y abusos. Muchos son víctimas de la trata, la esclavitud sexual o el trabajo forzado, explotados en labores degradantes, sin un salario justo. ¡Esto que es intolerable, sin embargo, es hoy una realidad que muchos ignoran intencionalmente!”.

Frente a esta situación, el Santo Padre reclamó el impulso de los Pactos Mundiales sobre Refugiados y para la Migración.

Nuevo modelo económico

Frente al “rápido aumento de la desigualdad entre los súper ricos y los permanentemente pobres”, el Papa Francisco pidió “un modelo económico que promueva la subsidiariedad, respalde el desarrollo económico a nivel local e invierta en educación e infraestructura que beneficie a las comunidades locales”.

“La comunidad internacional tiene que esforzarse para terminar con las injusticias económicas”, reclamó. “Tenemos la responsabilidad de proporcionar asistencia para el desarrollo a las naciones empobrecidas y alivio de la deuda para las naciones muy endeudadas”.

Cambio climático

En su video mensaje, el Papa Francisco también hizo balance sobre los últimos años de lucha contra el cambio climático. En concreto, citó los compromisos adoptados mediante la Agenda 2030 y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

Reconoció que “si bien se han logrado algunos progresos, la poca capacidad de la comunidad internacional para cumplir sus promesas de hace cinco años me lleva a reiterar que hemos de evitar toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias”.

Se refirió a “la peligrosa situación en la Amazonía y sus poblaciones indígenas”, y afirmó que “la crisis ambiental está indisolublemente ligada a una crisis social y que el cuidado del medio ambiente exige una aproximación integral para combatir la pobreza y combatir la exclusión”.

Alabó el aumento de la sociedad ecológica integral y el deseo de acción, pero invitó también a preguntarse seriamente si existe “la voluntad política para mitigar los efectos negativos del cambio climático”.

Promoción de la mujer

El Papa Francisco señaló que “en todos los niveles de la sociedad las mujeres están jugando un papel importante, con su contribución única, tomando las riendas con gran coraje en servicio del bien común”.

“Muchas mujeres quedan rezagadas”, denunció el Pontífice. “Son víctimas de la esclavitud, la trata, la violencia, la explotación y los tratos degradantes”. El Papa subrayó su compromiso “en la lucha contra estas prácticas perversas que denigran no sólo a las mujeres sino a toda la humanidad que, con su silencio y no actuación efectiva, se hace cómplice”.

(Fuente: Aciprensa)

Obispo dice tendrá la Iglesia de frente quien apoye aborto

Obispo dice tendrá la Iglesia de frente quien apoye aborto

La alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía saluda al obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo Faustino Burgos Brisma, en la inauguración de la Capilla del Cementerio Cristo Redentor: La Divina Misericordia.

El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo Faustino Burgos Brisman consideró ayer preocupante cualquier expresión que desde el Palacio Nacional surja a favor de la interrupción del embarazo en las tres causales. Advirtió que todo aquel que respalde este hecho deleznable y bochornoso tendrá a la Iglesia de frente y en contra.

“Debe llamar a preocupación y a levantar nuestra voz de alerta. La iglesia nunca estará de acuerdo con eso y quien dijere eso”, dijo Burgos Brisman, secretario general de la Conferencia ndel Episcopado Dominicano.

Calificó como una vergüenza que no halla sido aprobado el nuevo Código Penal y que se mantenga el país manejado por uno que data del año 1844.

“Es un código napoleónico. Este código nuevo tiene que ser aprobado. Lo del aborto y las causales, saquen eso, aprueben el código, que es necesario, porque no están tipificados una serie de delitos que hoy se cometen y después sentémonos a la mesa a hablar de las causales del aborto”, dijo monseñor Burgos Brisman.

El obispo auxiliar señaló que así como todos nos consternamos con el caso del panadero que mató a una niña de nueve años, de igual forma debe ser repudiado por la sociedad que maten a una persona en el vientre de la madre, todavía más indefensa.

(Fuente: Hoy)

Iglesia dominicana reitera su rechazo a la legalización del aborto

Iglesia dominicana reitera su rechazo a la legalización del aborto

La Iglesia de República Dominicana reitera su rechazo al aborto

En una visita a la Cámara de diputados, el obispo Masalles y responsables de la Pastoral de Vida y Familia, reiteran la postura de la Iglesia dominicana a favor de la vida y la inconstitucionalidad de los intentos por despenalizar el aborto.

“Los derechos del hombre no están subordinados ni a individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o el Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador que la ha originado”. Así lo expresa un documento sobre el derecho a la vida y la postura de la Iglesia ante el aborto que monseñor Víctor Emilio Masalles, obispo de Baní, junto a una representación de las Comisiones Nacionales de Pastoral de Vida y de Familia de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), entregó al presidente de la Cámara de Diputados Alfredo Pacheco, ante la posible reapertura del debate sobre el aborto en el país.

Precisamente, de la presidencia de la Cámara de Diputados surgió, la semana pasada, la propuesta de eliminar la prescripción del Código Penal que castiga el aborto para convertirlo en una ley específica que contemple su despenalización. La discusión se presenta porque actualmente, el Proyecto de reforma del Código Penal está varado en la Cámara baja por el tema de la legalización del aborto. Al respecto, Monseñor Masalles recalcó, durante la reunión, que el tema de la despenalización del aborto amenaza con reabrir “un debate agotado a nivel nacional” y retrasa la entrada en vigor de un marco jurídico, como lo es el Código Penal, «necesario y urgente» en cuanto aporta soluciones a la justicia penal dominicana y respeta íntegramente la Carta Magna.

“La Iglesia Católica está completamente de acuerdo con el Proyecto de Ley de Código Penal tal como ha sido presentado hace unos días en la Cámara de Diputados, pues se apega fielmente a los principios constitucionales que rigen la República Dominicana y es el fruto de largos años de debates y discusiones que llevaron a construir el consenso actual”, dice el documento. En este contexto, la CED exhorta a los parlamentarios para que el nuevo Código Penal sea ratificado tal como fue aprobado por el Poder Legislativo.

Durante el encuentro, que tuvo lugar la semana pasada, en el Congreso Nacional, monseñor Masalles entregó el documento con las consideraciones médica y jurídicas de la Iglesia sobre el derecho a la vida desde la concepción. El mismo, refuta detalladamente las tres causales de aborto que se pretenden introducir con el Proyecto de Ley de Causales para el Aborto: cuando la vida o la salud de la mujer se encuentra en peligro, cuando el feto es incompatible con la vida extrauterina y cuando el embarazo es producto de una violación.

Al respecto, documento de la CED afirma que elaborar leyes que permiten las causales tiene como finalidad hacer desaparecer el carácter disuasivo del marco legal y abrir una brecha jurídica. Además subraya que estos intentos de legalizar el aborto son producto de presiones económicas que vienen del exterior y que casi la totalidad de los abortos practicados en el país no entran dentro de la categoría de las causales propuestas. “La liberalización del aborto normalmente es una vía fácil para la solución de los embarazos no deseados, y también representa un negocio rentable para muchos. Además, lo único que se logra es aumentar el número de abortos de una nación”, señala el documento.

La Iglesia dominicana reitera su llamado a la Cámara de Diputados y el Senado de la República Dominicana para aprobar el Proyecto de Código Penal: “Es necesario mantener la coherencia con nuestras garantías constitucionales y el respeto al Derecho a la Vida, por lo que no podemos retroceder, ni mucho menos contradecir nuestros propios principios” concluye.

(Fuente: Vatican News)

Teología para Millennials: “Vacuna COVID-19 y aborto”

Teología para Millennials: “Vacuna COVID-19 y aborto”

¿Es lícito usar tejido celular proveniente de un aborto?

“Vacuna COVID-19 y aborto”: El sacerdote mexicano Mario Arroyo Martínez reflexiona en “Teología para Millennials” acerca de la elaboración de la vacuna contra la COVID-19 a partir de líneas celulares obtenidas de fetos humanos de abortos provocados.

En este sentido, el doctor en Filosofía parte de los informe publicados por la Pontificia Academia para la Vida al respecto, la primera del 5 de junio de 2005, y la “Nota acerca del uso de las vacunas”, del 31 de julio de 2017, concluyendo que no hay inconveniente en recurrir a ellas.

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Pregunta Jorge Mario, estudiante de medicina, “¿es lícito moralmente usar la vacuna contra el COVID-19, sabiendo que se obtuvo gracias a tejido proveniente de un aborto?”. La elaborada por la Universidad de Oxford con Astra/Zeneca tiene ese origen. Si hemos de atender a la premisa moral básica de que “el fin no justifica los medios”, y a que de ninguna manera es correcto colaborar con el aborto, podríamos adelantar una respuesta. Además, ¿no sería poco coherente protestar en contra del aborto, pero beneficiarse de él, sirviéndonos de sus frutos?

Dos acotaciones preliminares son pertinentes. Primero que, para una mentalidad pragmática y utilitarista, ningún inconveniente tiene utilizar una vacuna para hacer frente al coronavirus, provenga de donde provenga. La cantidad de muertes que está causando la pandemia, así como el colapso económico, junto con el social que este último lleva aparejado, lo justificaría. No importa que a tal efecto se sacrifique la vida de un ser humano inocente. Sería, en efecto, como negociar con el terrorista, solo que en este caso es un terrorista biológico. Sería equivalente al sacrificio humano, donde entrego a la doncella para garantizar una buena cosecha, en beneficio de toda la comunidad. Su vida estaría, finalmente, bien empleada, serviría para algo.a

La segunda precisión es que, del lado inverso, ni siquiera los “moralistas expertos” parecen aclararse suficientemente respecto a esta delicada cuestión. En efecto, no es la primera vez que se plantea el problema, pues son muchas las vacunas desarrolladas a partir de células obtenidas a partir de abortos. Así, la Pontificia Academia para la Vida, elaboró un dictamen restrictivo al respecto en: “Reflexiones morales acerca de las vacunas preparadas a partir de células provenientes de fetos humanos abortados”, del 5 de junio de 2005. En cambio, en su “Nota acerca del uso de las vacunas”, del 31 de julio de 2017, matiza bastante sus afirmaciones, concluyendo que no hay inconveniente en recurrir a ellas. ¿A qué se debe ese cambio de línea?

La argumentación ética descansa en dos reflexiones. Primero que “las líneas celulares actualmente utilizadas son muy lejanas de los abortos originales, y no implican más aquella relación de cooperación moral indispensable para la valoración éticamente negativa en su utilización”. Los abortos que están en la base de los diferentes proyectos de vacunas contra el COVID-19 se produjeron en 1972 y en 1985. Pero, más allá del tiempo –el trascurrir temporal no convierte en buena una acción mala-, está el hecho de que no son necesarios más abortos, no se fomenta su práctica porque las líneas celulares que ahora se tienen están suficientemente probadas. No habrá una nueva “demanda” de abortos. En segundo lugar, la nota de 2017 explica que “el mal, en sentido moral, está en las acciones, no en las cosas o en la materia en cuanto tal”. En ese sentido, todo hay que decirlo, el aborto original fue lamentable, pero las líneas celulares obtenidas a partir de él, no puede decirse que “estén malditas”.

Los dos documentos, el de 2005 y el 2017 insisten, sin embargo, en la necesidad de promover que ninguna vacuna en uso tenga como origen un aborto provocado, es decir, una “limpieza ética de origen”. No es una quimera, de hecho, algunos de los protocolos de investigación actuales contra el COVID-19, se sirven de diagnósticos por amniocentesis, o utilizan ARN Mitocondrial, es decir, no implican un aborto. Ambos coinciden en que sería inaceptable recurrir a nuevos abortos para conseguir desarrollar la vacuna, y en la importancia de presentar una oportuna petición o reclamación a las autoridades, para no acostumbrarnos a utilizar los abortos, es decir, ver a la vida humana como un insumo, como “material genético” desprovisto de dignidad.

En esa última línea insiste más el documento del 2005, pero recientemente la Conferencia Episcopal Norteamericana, ha pedido a la FDA de los Estados Unidos, “incentivar a las compañías farmacéuticas a usar sólo líneas celulares o procedimientos morales para producir vacunas”. Se trata de no conformarse o acostumbrarse a servirse de abortos. En resumen, sería claramente inmoral utilizar la vacuna si su elaboración supus. 

(Fuente: Zenit)

¿Se están usando fetos abortados para lograr la vacuna contra el COVID-19?

¿Se están usando fetos abortados para lograr la vacuna contra el COVID-19?

PopTika – Shutterstock

Unas palabras de denuncia del arzobispo de Valencia (España) crearon polémica, pero ¿se basaba en una fake news o es cierto?

El domingo 14 de junio, durante la celebración del Corpus Christi en la catedral de Valencia (España), el cardenal Antonio Cañizares sorprendía con una intensa homilía en la que denunciaba que se estaban desarrollando vacunas utilizando tejidos de fetos abortados, algo que era «inhumano» y «diabólico».

Varios medios de comunicación españoles inmediatamente criticaron las palabras del prelado presuponiendo que se hacía eco de las muchas «fake news» que han circulado durante estas semanas en relación al COVID-19. Sin embargo, el cardenal Cañizares estaba muy bien informado sobre las últimas publicaciones científicas al respecto, de las que se hizo eco la revista Science el pasado 12 de junio.

El propio cardenal, ante el revuelo que levantaron sus palabras, puntualizó unas horas después, explicando que es deseo de todos que se encuentre una vacuna lo antes posible, «pero sin abrir dilemas éticos por su producción».

Para comprender mejor qué datos son ciertos y cuáles no sobre la vacuna del COVID-19, reproducimos a continuación un artículo del Observatorio de Bioética de la UCV:

¿Se están utilizando fetos abortados para lograr la vacuna del COVID-19?

El pasado 12 de junio la revista Science público un artículo con el título “Las vacunas que usan células fetales humanas fuertemente criticadas” https://science.sciencemag.org/content/368/6496/1170.full, en el que se plantean los problemas bioéticos que pueden darse alrededor de la producción y uso de vacunas contra el COVID-19, en las que se han utilizado para su fabricación células humanas de abortos provocados.

En realidad, no se trata de células obtenidas actualmente de abortos, sino de células producidas a partir de dos líneas celulares generadas en 1972 de abortos humanos provocados.

La primera de ellas la HEK-293, se obtuvo de riñones de fetos abortados. Es ésta una línea celular que ha sido ampliamente utilizada en la investigación científica y en la industria.

La segunda es la PER-C6, línea de células producida por la firma farmacéutica Janssen, filial de la Jonhson & Jonhson, que se obtuvo de células de retina de un feto de 18 semana abortado en 1985. Ambas líneas celulares han sido desarrolladas en el laboratorio de biología molecular Alex Van der Eb, de la Universidad de Leiden en Holanda.

En este momento se están llevando a cabo en todo el mundo alrededor de 130 estudios para el desarrollo de vacunas contra el COVID-19. De ellos, en 6 se usan células obtenidas de abortos humanos, son las líneas celulares anteriormente comentadas, de los cuales, dos, uno chino, promovido por la firma CanSino Biologys, del Instituto de Biotecnología de Pekín, y otro de la Universidad de Oxford, en colaboración con la firma farmacéutica Astra Zeneca.

El primero se encuentra en fase 2 de ensayo clínico y el segundo acaba de pasar a la fase 3. Los otros cuatro aún no han iniciado los ensayos clínicos. El primero de ellos no está financiado públicamente, pero para el segundo se ha aprobado un fondo potencial de 1,2 millones de dólares gubernamentales. Ambos tipos de vacunas se fundamentan en la replicación de un virus deficiente.

Pues bien, como ya se ha comentado, el uso de estos seis proyectos de vacunas está suscitando una amplia polémica bioética.

¿Se puede aceptar una vacuna producida de esta manera?
En contra de continuar con el desarrollo de dichos trabajos se ha manifestado la Conferencia de Obispos Norteamericanos (USCCB), quien, junto a otras 20 instituciones religiosas, medicas, políticas y sociales manifiesta, que “es críticamente importante que los americanos tengan acceso a vacunas que se hayan producido éticamente: los americanos no deben ser forzados a elegir entre ser vacunados con virus potencialmente muertos, que pueden violar sus conciencias”.

En relación con ello, la USCCB y las 20 organizaciones anteriormente referidas, se dirigieron por escrito, el pasado mes de abril, a Stephen Hann, comisionado de la FDA, para que favorezca el desarrollo de vacunas que no planteen problemas éticos en su fabricación.

Dado que este tema también afecta a Canadá, el arzobispo de Winnipeg, y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos Canadienses, y otras 17 instituciones religiosas médicas, políticas y sociales, en una carta enviada al Primer Ministro de ese país, Justin Trudeau, le manifestaban que “ los productores de vacunas que utilizan líneas celulares humanas demuestran una profunda falta de respeto a la dignidad de las personas humanas”, y además “urge a sus gobernantes a que desarrollen vacunas que no planteen un dilema ético a muchos canadienses”.

La Pontifica Academia para la Vida declaró en 2005, y lo confirmó en 2017, que, en ausencia de otras alternativas, los católicos podrían utilizar vacunas en cuya producción se hubieran utilizado células fetales obtenidas de abortos provocados sin problemas de conciencia.

La FDA respondió a la USCCB, en escrito del 11 de mayo, afirmando “que impedir el uso de estas células (se refiere a las líneas celulares obtenidas de abortos) podría privar a los Estados Unidos de disponer de vacunas que podrían salvar vidas, lo que tendría un impacto muy negativo”.

En el mismo sentido, el Ministro de Sanidad canadiense, ha prometido a la Conferencia Episcopal de ese país, responder a la carta que enviaron al primer ministro señor Trudeau.

En relación con todo ello, Arthur Caplan, bioético de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, ha manifestado que “hay mejores caminos para vencer en la guerra contra el aborto que decirle a la gente que no usen estas vacunas”.

En nuestra opinión, y recogiendo lo afirmado por la Pontificia Academia por la Vida, el asunto es que, en este caso, de las 130 líneas que se están desarrollando para obtener vacunas contra el COVID-19, solamente en 6 se han utilizado células fetales humanas, por lo que sí que existen otras alternativas para la producción y uso de dichas vacunas.

Pero, es muy probable que las dos primeras vacunas que estén disponibles para uso clínico, sean las que precisamente se han desarrollado a partir de líneas celulares obtenidas de abortos provocados, por lo que en este caso podría tenerse en cuenta la opinión emitida por la Pontificia Academia por la Vida.

De todas formas, lo que a nuestro parecer es más importante es que se haga llegar una adecuada información a los potenciales usuarios de las vacunas para que así puedan actuar de acuerdo a su conciencia, aunque siempre teniendo en cuenta las dificultades éticas que presenta el uso de vacunas que han sido elaboradas utilizando líneas celulares procedentes de abortos humanos provocados.

Justo Aznar
Observatorio de Bioética
Instituto de Ciencias de la Vida
Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir

(Fuente: Aleteia)

Teología para Milennials: “¿Pro-vida y pro-mujer?”

Teología para Milennials: “¿Pro-vida y pro-mujer?”

Bebé (C) Teologia Para Milennials

El padre Mario Arroyo Martínez ofrece hoy, en su artículo de “Teología para Millennials”, respuestas a una serie de dudas que pueden plantearse en torno al aborto, a la defensa de la vida, que no se contradice con la de la mujer.

En concreto, reflexiona sobre la cuestión del falso dilema de permitir abortar o no en los casos de violación y de la legalización de esta práctica como un asunto de “salud pública”, para evitar los abortos clandestinos.

El sacerdote mexicano aporta luces para resolver esas dudas y propone “ensalzar la maravilla de poder traer un ser humano al mundo, reconocer y premiar la maternidad, independientemente de las circunstancias; o dando ayudas cuando la maternidad se viva en un contexto difícil, como el embarazo adolescente”.

***

Cristina estudia Derecho, es pro-vida, quiere defender a los niños no nacidos. Al mismo tiempo está preocupada y comprometida activamente en la causa de la mujer. Podrían parecer causas excluyentes, pero en realidad el binomio pro-vida y pro-mujer es más frecuente de lo que se cree.

Ella tiene unas dudas que resulta oportuno compartir, especialmente ahora, cuando la batalla del aborto adquiere un mayor protagonismo social y político, pues aquellos empeñados en legitimar el “derecho” a matar a los niños en el vientre de su madre, como requisito indispensable para reconocer la “dignidad de la mujer”, son inasequibles al desaliento.

¿No resulta inmoral obligar a continuar el embarazo fruto de una violación? Se trata de una falacia de falso dilema: “o aborto o pierdo la dignidad”. La violación es un hecho monstruoso, lamentable, doloroso, pero no se remedia con el aborto. El aborto no “des-viola” a la mujer.

Al trauma de la violación se une el del aborto. Una realidad mala no se resuelve con otra realidad mala, pues el mal se multiplica. Al mismo tiempo, supone la grave injusticia de que un tercero pague por el abuso de otra persona, y lo pague con la pena capital, con su vida. Porque el embrión -todo hay que decirlo- está vivo y es de la especie humana, y esto es biología, no religión. Así, en vez de castigar al violador, se condena a muerte a un inocente en gestación que no ha hecho nada.

Es una falacia de falso dilema porque no es la única opción. Es verdad que para la madre gestante supone un sacrificio continuar el embarazo, una grave incomodidad. Pero la alternativa tampoco es aceptable, pues se trata de privar de la vida a un tercero. La madre gestante puede recibir todo el apoyo psicológico, médico y humano del caso, y entregar después su hijo en adopción si lo desea.

Así, salva la vida de un inocente y brinda a unos padres que no pueden tener hijos la posibilidad de criar uno, con el consuelo añadido de haberlo librado de una muerte segura. Si fuera real esta alternativa, es decir, que resulte inmoral continuar un embarazo fruto de una violación, significaría que en algunos casos es “moral” matar a un ser humano inocente. ¿Qué moralidad sería esa?

La segunda duda de Cristina es: “Los abortos clandestinos ponen en riesgo la vida de la mujer, y por eso deben ser regulados. Es un asunto de salud pública”. Es un argumento más difícil de rebatir, porque se trata de un problema real y el peligro es la muerte. Podría ser análogo a aceptar la prostitución como algo indeseable pero inevitable.

Aceptar esa argumentación sería equivalente a legalizar los carteles de drogas. “La violencia causada por el narcotráfico está causando muchísimas muertes. Es un problema real, de seguridad pública. Para evitarlas, debemos legalizar los carteles”. Nótese que las muertes violentas por narcotráfico sí se pueden contar con precisión –a diferencia de los abortos clandestinos que causan la muerte de la madre gestante- y son con absoluta seguridad muchísimo más numerosas. Sólo en México murieron violentamente 35,588 personas en 2019.

Legalizar el aborto equivale a legalizar los carteles de droga, ya que lo que lo justifica es evitar las muertes violentas, y no se encuentra otro camino para hacerlo, con la diferencia de que son muchísimas más las muertes causadas por el narcotráfico que las de los abortos clandestinos.

Sería atendible si esa fuera la única opción. Pero se podrían hacer campañas justo a la inversa. Por ejemplo, ensalzar la maravilla de poder traer un ser humano al mundo, reconocer y premiar la maternidad, independientemente de las circunstancias; o dando ayudas cuando la maternidad se viva en un contexto difícil, como el embarazo adolescente.

Si se ofrece un reconocimiento merecido –es heroico dar la vida en ese contexto- y el imprescindible apoyo, se reduce drásticamente el número de abortos clandestinos y de muertes maternas. Si se establecen penas severas para los dispensadores de abortos clandestinos –y no para la mujer- como inhabilitación de por vida a los médicos y enfermeras que participen, así como una pena de cárcel análoga a la del homicidio con premeditación, alevosía y ventaja –que eso es el aborto-, se desincentiva su práctica. Aun así, siempre habrá abortos clandestinos y muertes maternas, pero en números muy reducidos, salvándose por contrapartida a un número incontable de bebes, la mitad de ellos niñas.

Mario Arroyo

Doctor en Filosofía

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(Fuente: Zenit)