El 21 de enero es fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora del Pueblo Dominicano, y es costumbre hacer la novena como preparación para esta gran fiesta.
La novena es una oración especial, que se hace nueve días consecutivos, antes de la fiesta de la Virgen o en otro momento que se quiera hacer.
Con la novena se intenta acercarse más a la Madre de nuestro Salvador, con la advocación de la Virgen de la Altagracia, para que sea ella quien nos lleve hacia su Hijo, para que interceda por nosotros, por nuestras necesidades y para que nos ayude a crecer en la fe como Hijos de Dios.
A pocos días de la gran celebración en honor a Nuestra Señora de la Altagracia, te dejamos los links para cada día:
Les informamos que, atendiendo a las nuevas disposiciones de las autoridades, tendremos misas presenciales mañana, jueves, a las 6:30 de la mañana, y el domingo, a las 7:00 y 9:00 de la mañana.
Desde hoy, miércoles, hasta el sábado, continuamos las transmisiones de misas, no abiertas para el público, a las 5:00 p. m. El domingo transmitiremos la misa de las 7:00 a. m., con asistencia de fieles.
Memé, tetrapléjica: “Todas las vidas tienen sentido”
Gran testimonio de Memé Alsina, una mujer que, con cuarenta años y tetrapléjica desde que tenía dos, sabe bien qué es vivir y qué es sufrir.
Autor: Javier González García
Memé Alsina -le gusta que le llamen Memé-, tiene 40 años y vive en Barcelona. Memé es tetrapléjica. Cuando era una niña, con tan solo dos años y medio, un virus afecta a su médula espinal. Es la pequeña de siete hermanos y ese momento cambia la vida de toda la familia.
Al principio los médicos dijeron a sus padres que no iba a sobrevivir. Después, que iba a tener que vivir en un hospital conectada a un respirador: “Mis padres no se rindieron, y siguieron luchando”. Su hija de dos años y medio volvió a casa, pero ahora tetrapléjica.
Memé dice que “no es lo mismo tener a una niña de dos años que no anda y que está bastante mal”. Pero va a un colegio normal y después estudia aquello que quiere en una universidad pública. Y ahora, trabaja de lo suyo desde el ordenador que maneja con la mínima movilidad que tiene en una de sus muñecas.
“Cuántas cosas no puede hacer…”
Memé nunca ha jugado al fútbol, ni ha participado en una carrera, ni ha hecho natación. Pero sí que ha sido una niña como otra cualquiera. Ha tenido diez años -como todos-, ha sido adolescente, luego universitaria…
“Es verdad que hay cosas que no he podido hacer. Pero como sé que no las puedo hacer, no me las pongo en el horizonte. Sé que no voy a correr una carrera ni que voy a subir una montaña, así que no me apetece. Todo lo que hago me gusta, porque no me planteo lo que no puedo hacer”.
Tampoco yo puedo participar en una final de Champions, ni puedo comprarme un Ferrari… y eso no me hace infeliz. Pero Memé logra ser consciente de esto mucho mejor que cualquiera de nosotros.
“Me gusta mucho una frase de Santa Teresita: ‘En la vida hay que escogerlo todo’. Y es así. La vida hay que escogerla con lo bueno y con lo malo. Lo bueno lo disfrutas y lo malo lo sufres… pero te enseña”.
Memé trabaja en una librería en la ciudad condal. Vive con sus padres y su hogar es como cualquier otro hogar. Su madre le da de comer y le llevan a su cuarto cuando lo necesita. Y todos lo viven de una forma natural.
«En la vida todos vamos a sufrir»
“Con todo esto de que dicen de que hay que evitar el sufrimiento… Yo creo que el sufrimiento va a venir. En la vida todos vamos a sufrir. Hay que estar preparados y aprovechar esos momentos para unirnos a los que sufren. Además son momentos que cuando tienes fe te unes más a Cristo, porque sabes que cuando sufres él está sufriendo contigo”.
“Mira pobrecita, es tetrapléjica.”
“La gente dice pobrecita… pero también me gustaría decirles que no tienen por qué decirlo porque he tenido mucha suerte. Si me conocieran no lo dirían”. Y así es. Su familia la quiere y la admira. Han aprendido de ella y a nadie le importa estar ahí para ayudarle en lo que necesite. Igual que ella tampoco es perezosa en estar junto al que le reclama.
“Siento pena porque sé que mucha gente puede tirar la toalla y como tiene la oportunidad de acabar con su vida… Yo creo que un enfermo es ayudado pero de la misma forma puede ayudar al que tiene a su lado. Me gustaría ir a todas las personas que piensan que su vida no tiene sentido y decirles: ¡no puede ser! Vamos a buscarlo, porque tiene que tener sentido. Todas las vidas tienen sentido”.
Memé Alsina termina la entrevista realizada por Javier González para la serie ‘Vividores’ con una declaración muy clara: “Entre la familia, la fe y que lo tengo todo… soy una persona que para mí la vida ha sido genial”.
José Feliciano, intérprete de “Feliz Navidad”, habla de su fe y de cómo se volvió provida
El intérprete de la exitosa canción navideña “Feliz Navidad”, José Feliciano, contó en una reciente entrevista cómo Dios le reveló el plan especial que tenía para su vida, la música, y la razón por la cual se convirtió en provida, tras haber apoyado el aborto durante años.
José nació ciego en una familia católica en Puerto Rico en 1945, siendo el cuarto de 11 hijos. Emigró a los Estados Unidos cuando era joven y hoy vive en Connecticut. Es un católico practicante, ha actuado en el Vaticano y se ha reunido en privado con el Papa Francisco.
En una entrevista concedida al National Catholic Register, Feliciano aseguró que Dios le enseñó su plan desde que era niño: “Dios tuvo misericordia de mí porque nací en un entorno tan pobre, además de que nací ciego”, contó.
“En una familia latina, más que en una estadounidense, ser ciego es como tener la peste. Con eso, quiero decir que mis padres al principio pensaron que no había futuro para mí, por lo tanto, no podía moverme y hacer todas las cosas en las que piensan los padres… y me parecía que antes de que ellos leyeran la Biblia o haga otras cosas conmigo, Dios me estaba empujando al área de la música. Dios me estaba mostrando la luz desde que nací”, reconoció el artista
“Creo que un niño –continuó– realmente comienza a pensar por sí mismo a la edad de 4 años, y de alguna manera a esa edad cuando escuchaba a mis tíos tocar música, parecía que Dios me estaba enviando un mensaje, que me estaba guiando en esa dirección”.
En la entrevista, Feliciano reveló que “solía estar a favor del aborto, hace muchos, muchos años”. “Pero luego, cuando tuve a mi hija Melissa, fui por el otro lado… cuando escuché el pequeño latido de Melissa en el monitor, dije: ‘Bueno, espera un minuto. Incluso si todo lo que hay es un latido, así es la vida, así es la vida…”.
Por otra parte, el artista reconoció que su fe católica también lo ha ayudado en tiempos difíciles.
“Algunas personas me han dicho: ‘Estás ciego porque era la voluntad de Dios’. ¡Eso es una tontería! Dios no quiere que sus hijos se enfermen de ninguna manera. Si tiene una deformidad, no es obra de Dios. Es solo una de esas cosas que sucede. Es como si el plano de tu copia genética tuviera un defecto. Pasa en las frutas, pasa en los animales, y me pasó a mí”, dijo.
“La mayor tragedia para muchas personas discapacitadas es que dejan que otros las convenzan de que existen límites para lo que pueden lograr. Simplemente no es así (…”,) debemos tener cuidado de escuchar a las personas que nos dicen que no podemos hacer esto o aquello”, añadió.
También contó que uno de los principales impulsores para ser exitoso fue el de “salir de la pobreza”.
“No me importa lo que digan algunas personas: la pobreza es algo terrible. Tuvo sus efectos positivos en mí, ya que me ayudó a convertirme en una persona fuerte y me enseñó la compasión. Pero quería dejar de vivir en edificios infestados de cucarachas. Quería tener éxito y hacer lo inesperado”, contó.
Música de José Feliciano
A 50 años de su lanzamiento, la canción “Feliz Navidad” de José Feliciano entró el martes 15 de diciembre de 2020 por primera vez a la lista de Billboard de las 10 canciones más escuchadas de Estados Unidos.
Otros éxitos por los que es conocido incluyen sus interpretaciones de “Light My Fire2 de The Doors y “California Dreamin” de The Mamas & The Papas, así como música para películas y programas de televisión, como el tema de la comedia sitcom de los años 70 “Chico and the Man”.
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Fue abandonada en un basural, pero buscó a sus padres para perdonarlos
En marzo de 1999 una pequeña de solo dos meses fue rescatada de entre las basuras en el vertedero Caterua de Asunción, Paraguay. Sin embargo, la triste noticia, que entonces acaparó los medios de comunicación, se ha convertido en una historia de superación, amor y perdón.
Belén María del Mar Caballero supo transformar un doloroso episodio de su vida en una película llena de esperanza y superación. Tras ser abandonada en un basural, ella decidió conocer a sus padres biológicos para darles un abrazo y ofrecerles su perdón.
El pasado 31 de octubre, María del Mar, quien tiene 21 años, tomó una de las decisiones más difíciles de su vida. La joven decidió encontrarse con su familia biológica. El reencuentro implicó que ella vaya hasta Cateura, mismo sitio en el que fuera abandonada en medio de las basuras.
La joven pudo conocer a sus padres biológicos, hermanos, dejando de lado el pasado. “Fue como liberarme de una mochila muy pesada. ¿Quién soy yo para no perdonar, siendo que también tengo pecados?, expresó Belén en comunicación con Aleteia.
Necesitaba perdonar
“Yo había encontrado a mi madre por medio de las redes sociales. Había conversado con ella, pero no tenía el coraje para conocerla en persona. Fue algo que trabajé mucho y finalmente me decidí. Sabía que necesitaba perdonar, afrontar mi realidad”, expresó.
María del Mar comentó que antes de ir junto a su familia biológica, decidió comprar algunos víveres para entregárselos a su progenitora ya que conocía sobre sus necesidades.
“Para mí fue muy fuerte, pero Dios me sostuvo. Para mí fue bastante sanador. No lloré al verla porque ya había llorado durante todo el trayecto desde casa hasta Cateura. Cuando vi a mi madre y la abracé, sentí que perdoné”, relató.
La joven explicó que en principio no tenía previsto conocer a su padre biológico, pero durante su visita a la zona del vertedero, también pudo conocerlo.
Tengo una paz muy grande
“Siento que Dios me preparó durante todo el tiempo, con todo lo que pasé. Ahora tengo una paz muy grande en mi corazón. Dios me perdonó a mi mis pecados y yo, siendo alguien que comete errores, no puedo negar el perdón”, afirmó.
La joven asegura que desde que conoció a su familia biológica se siente en paz. Comentó que le gustaría estudiar para ser docente y le gustaría trabajar con los niños.
María del Mar Caballero explicó que integra una iglesia evangélica (denominada Piedras Vivas) desde hace unos cinco años, la cual afirma tener una relación directa con Dios, por medio de Jesús. María del Mar afirmó que una de sus principales armas es la Biblia.
Un protagonista silencioso
El comunicador Sever del Puerto jamás imaginó que una cobertura para Radio Cáritas de Asunción se transformaría en una experiencia capaz de cambiarle la vida. Él no solo rescató a la niña; también le dio la oportunidad de tener un padre y crecer rodeada de una familia.
“Ella es única, es una persona llena de alegría, es quien te sostiene cundo las cosas están difíciles”, expresaba en comunicación con Aleteia, Sever.
Sever recordó que cuando rescató a Belén, ella estaba abandonada a su suerte en medio de las basuras. Explicó que su condición de salud era muy mala. Afirmó que tuvo que hacerse cargo de ella y permanecieron en el Hospital de Barrio Obrero, Asunción, por un par de meses.
Custodia
“Los médicos necesitaban que alguien se quede con ella y estuve todo el tiempo ahí. Con el correr de los días, era como que ella me veía como su padre”, explicó.
Sever del Puerto dijo que una vez que abandonaron el nosocomio, el Ministerio de la Niñez y otras instituciones llevaron a la niña hasta un albergue. “Era difícil verla llorar por mí, pero ahí empezó nuestra lucha, porque yo quería dale un hogar”, comentó.
El hombre contó que luego ocho meses de gestiones y varias acciones judiciales, consiguió que le den la custodia provisoria de María del Mar. Sin embargo, la burocracia nunca permitió que la pueda adoptar formalmente.
Sever recordó que tuvo un pico de presión cuando su hija le contó que quería conocer a sus padres biológicos, pero que finalmente la apoyó. “Siempre le dijimos la verdad y sabíamos que esto podía suceder”, dijo.
El papa de María del Mar explicó que todos ellos fueron bautizados en la Iglesia Católica, pero con el correr de los años “hubo algunos cambios en sus vidas”. Afirmó que Dios fue quien ayudó a su hija a tomar la decisión de perdonar a sus padres biológicos.
Sever del Puerto afirmó, con orgullo, que él junto con su esposa e hijos se convirtieron en el hogar de Belén, quien en el mes de diciembre se casará y tendrá la posibilidad de forma su propia familia.
Adopciones en Paraguay
En el mes de febrero de este año, el presidente de la República del Paraguay, Mario Abdo Benítez, promulgó una nueva ley de adopciones que reduce los plazos para concluir los procesos para las adopciones.
Hasta antes de estas modificaciones, los procesos para la adopción en Paraguay duraban incluso décadas, dejando a los niños y niñas bajo el cuidado de tutores provisorios, en espera de una resolución del Poder Judicial.
Oficial de policía responde al llamado de Dios y se consagra sacerdote a los 41 años
El P. Antony Njoroge tenía todo lo que la vida podía dar, un trabajo bien remunerado como oficial de policía y unos hermanos que lo aman, pero nada lograba llenar el vacío de su corazón hasta que fue ordenado sacerdote a la edad de 41 años.
El P. Njoroge nació en una familia bastante acomodada, su padre tenía un puesto superior en el Gobierno de Kenia y su madre era una católica ferviente y miembro activo de varios grupos de oración en la Diócesis de Nyeri (Kenia).
De joven, el P. Njoroge iba a sesiones de oración y servía en la Santa Misa, gracias a la devoción de su madre. Sin embargo, al estudiar en una escuela secundaria no católica, el futuro sacerdote se apartó de la fe, dejó de participar en las celebraciones litúrgicas y de realizar actos de piedad, que silenció el deseo de consagrar su vida a Dios.
Al terminar la escuela secundaria, se unió al servicio policial en la Escuela de Formación de la Policía de Kiganjo y rápidamente ascendió hasta llegar a un puesto bien remunerado en la comisaría de Shauri Moyo, en la capital de Kenia, Nairobi.
El sacerdote señaló a ACI África –agencia del Grupo ACI- que “siempre fui el raro entre mis compañeros”, y resaltó que mientras sus colegas salían a divertirse los viernes, el prefería quedarse solo en la casa.
“Como policía, siempre sentí que estaba en la profesión equivocada”, agregó.
Durante ese tiempo, el P. Njoroge volvió a la Iglesia y era miembro activo de la parroquia Mary Mother of God Embulbul en la Diócesis de Ngong. Con un trabajo estable, comenzó a pensar en establecer una familia y empezó a salir con una chica.
“Tenía novia, pero supongo que la aburrí por decirle constantemente que quería convertirme en sacerdote. Tenía veintitantos años y el deseo de entregar mi vida a Dios se estaba convirtiendo en una fuerza que no podía rechazar”, señaló.
El sacerdote indicó que amaba su trabajo, pero se sentía “vacío”, hasta que un día de 2009 se acercó al director de Vocaciones en la Diócesis de Ngong para pedirle consejo.
“Fui a ver al P. Francis Mwangi, entonces director de vocaciones en la diócesis, sabía que me diría que era demasiado mayor para comenzar a prepararme para el sacerdocio. Entonces tenía 30 años y la idea de unirme al seminario era demasiado descabellada”, recordó.
Sin embargo, el P. Mwangi le contó sobre “un sacerdote que había sido ordenado a los cincuenta. Me dijo que era lo suficientemente joven para unirme al seminario y así lo hice”.
En 2010, fue admitido en el Seminario Mayor St Mary en la Diócesis de Nakuru (Kenia).
“No fue fácil. A los 31, yo era el alumno mayor y me sentaba en clase con niños que había visto entrar a la escuela primaria cuando yo era oficial”, señaló.
Dijo que sus familiares y amigos se sorprendieron de su decisión y resaltó que, aunque hubo reacciones encontradas en su familia, sus hermanas lo apoyaron inmediatamente.
Además, indicó que tenía miedo de ser una carga económica para sus cinco hermanos, quienes ya tienen familias propias que mantener, pero subrayó que gracias a Dios “nunca me faltó nada durante la formación”.
El sacerdote estudió tres años de Filosofía en el Seminario Senior de St. Augustine en la Diócesis de Bungoma (Kenia) y otros cuatro años de Teología intensiva en el Seminario Senior St. Matthias Mulumba en la Diócesis de Eldoret en Kenia Occidental, durante los cuales pasó por muchos problemas de salud.
“Siempre estaba entrando y saliendo del hospital por una u otra dolencia. Mientras estudiaba Filosofía, me sometí a dos cirugías importantes para tratar un tumor maligno en la garganta”, señaló, y agregó que también fue tratado por una afección cardíaca mientras estudiaba Teología.
“Siempre estuve muy enfermo. Es por la gracia de Dios que no se me pidió que abandonara mi vocación”, resaltó.
El P. Njoroge se graduó con honores de primera clase del seminario y fue enviado a un año de experiencia pastoral en la iglesia St Mary de la Diócesis de Ngong. Fue ordenado diácono en mayo de 2019.
Mons. John Oballa Owaa lo ordenó sacerdote el 1 de octubre de este año en la parroquia de la Catedral St. Joseph the Worker de la Diócesis de Ngong.
El P. Njoroge indicó que su ordenación es un sueño hecho realidad y remarcó que su mayor deseo es servir a la Iglesia.
“El deseo siempre estuvo ahí y aunque me desvié por muchos años, todavía podía sentir el llamado dentro de mí para convertirme en sacerdote. Ahora me siento completo”, agregó.
“Quiero pasar el resto de mi vida sirviendo al pueblo de Dios lo mejor que pueda y con todas mis fuerzas. Quiero buscar la santidad, ser un pastor, un mentor para los jóvenes y nunca juzgarlos por las decisiones que tomaron en la vida”, señaló.
El P. Njoroge animó a los jóvenes que no deciden sobre su vocación y sienten el deseo de la vida consagrada en sus corazones a “concéntrese en Jesús, que nos llama de una manera especial”.
Es habitual que cualquier persona encuentre problemas en el mundo actual. Pero no es tan común que alguien haga algo al respecto, mucho menos una joven de las afueras de Nueva Jersey, Estados Unidos.
Pero es que Lauren Costabile no es una joven cualquiera. Y tampoco lo era el problema que encontró.
Su historia empezó con un encuentro fortuito mientras trabajaba de voluntaria en un campamento con personas con discapacidades.
“No conocía a nadie y estaba en una sala con cientos de personas. Tenía 17 años y era tímida. Crucé la mirada con un muchacho con síndrome de Down al otro lado de la sala y me dedicó una enorme sonrisa. Antes de darme cuenta, ¡venía corriendo hacia mí para darme un fuerte abrazo! Pudo sentir que necesitaba un amigo, que mi corazón lo necesitaba. Pasé mucho tiempo con él, conociéndole y descubriendo esa especie de don sobrenatural para leer los corazones de la gente y poder consolarles”.
Conmovida por el encuentro, se dedicó a servir a la comunidad de personas con síndrome de Down enseñando baile y arte en Nueva York y Nueva Jersey. Pero no fue hasta 2017, en un viaje a Uganda, cuando se enfrentaría a una dolorosa realidad que no esperaba.
Corazón roto de nacimiento
“En Uganda, visité la Comunidad de Personas con Síndrome de Down y visité a unos 20 niños (…) y lo que recuerdo de aquel campamento es que la gente tenía unas cicatrices enormes en el pecho… Pregunté al director a qué se debía y me dijo: ‘Las personas con síndrome de Down son propensas a este defecto del corazón’, y esa fue la primera vez que oí hablar de esto, lo cual me cogió del todo por sorpresa; y esta necesidad particular seguía acudiendo a mi corazón”, contó Costabile. “Así que, cuando visitaba a estas personas en sus hogares, en sus chozas de adobe, les preguntaba por sus defectos cardiacos y aquello me confundió, que Dios siguiera poniendo esta pregunta en mi corazón para que yo la formulara”.
Aproximadamente la mitad de los niños nacidos con síndrome de Down sufrirán de algún tipo de problema coronario congénito, que puede detectarse ya en el útero a través de un ecocardiograma a las 20 semanas de embarazo o después del parto. Sin embargo, en países donde no hay acceso disponible a atención prenatal, la diagnosis temprana es rara. Y los niños a menudo viven sin diagnóstico con esta condición que peligra sus vidas.
A medida que Costabile fue viajando por toda la región, presenció de primera mano los desafíos que afrontaban las familias. Muchos padres no entendían las realidades del síndrome de Down o cómo suministrar los cuidados pertinentes. Y en las peores situaciones, se producía rechazo. “Hay un estigma enorme en Uganda y en la mayoría de países en desarrollo, el estigma de que porque un niño tenga una discapacidad no es digno, no tiene valor y es una maldición para ellos y una carga para la familia”.
“El ultimo bebé que visité tenía unos 6 meses de vida. La sostuve en mis brazos y pude sentir por la forma en que respiraba que tenía un defecto cardiaco… Simplemente lo supe. Y sentí la llamada de Dios: ‘Lauren, ayuda a este bebé…’. Así que dije que sí”.
Rápidamente creó una página de GoFundMe para recaudar dinero para la cirugía que salvaría la vida a Ellie y, una vez logró el objetivo de recaudación, le llegaron noticias de que había otra niña llamada Penny que sufría la misma enfermedad. ¿Su respuesta? “Vamos a ayudarlas a las dos”.
Pero surgió otro problema imprevisto: la cirugía no podía realizarse el hospital de Uganda.
La intercesión de una santa
“Me encanta la Madre Teresa, así que le pedí ayuda. Cuando ELLA rezaba, lo hacía con muchísima confianza porque sabía que eso [su misión] era la voluntad de Dios. Rezaba diciendo: ‘Si esto es lo que quieres, ayúdanos por favor’ o ‘Necesitamos esto, o necesitamos comida para esta casa’ o lo que fuera, así que recé como ella y dije algo como ‘Señor, envíame un hospital porque no tenemos ningún lugar donde enviarlos’”.
Poco después, recibió un correo electrónico de un hospital dispuesto a realizar el procedimiento. La única pega era que el hospital estaba en la India, lo cual presentaba nuevos desafíos.
“Pensé: ‘¡Oh, la Madre Teresa era de la India, esto debe ser una señal!’”, pero fue la última frase del email la que le cortó el aliento. En ella se leía: “El hombre que fundó este hospital fue un médico llamado Devi Shetti, un cardiólogo indio, y fue el cardiólogo personal de la Madre Teresa durante los últimos 5 años de la vida de ella”. A lo cual Lauren reaccionó: “¡Señor mío! ¡Hay que ver cuánto quieres a estos bebés!”.
Tras las operaciones, buscó una organización que suministrara estas cirugías vitales específicamente a niños con síndrome de Down. Y no encontró ninguna. Así que fundó la suya propia. Y así, desde marzo de 2019, Lauren y su organización Hearts of Joy International han realizado 25 cirugías a niños de todo el mundo y ya tienen lista de espera.
“Estos niños necesitan ser tratados con dignidad y respeto y necesitan acceso a la misma calidad de atención que tú y que yo. No me importa dónde vivan, no me importa de qué país sean o cuánto dinero ganen sus padres… Nada de eso importa o les da más o menos derecho a los ojos de Dios, y yo quería una organización donde viéramos las cosas a través del prisma de Dios”.
El corazón de una santa
El deseo de Lauren de buscar y seguir la voluntad de Dios la ha llevado a una aventura que acaba de empezar. Es una misión que trae esperanza y dignidad a personas que, con demasiada frecuencia, son rehuidas por la sociedad, incluso por sus propias familias, sin tener ellas ninguna culpa.
De lo que carecen las personas con síndrome de Down no es, sin duda, un corazón lleno de amor. Sus radiantes sonrisas y cálidos abrazos dan fe de ello. Pero, para acercar al mundo la alegría, la aceptación y la calidez que ofrecen, necesitan ayuda. Y Lauren lucha por ellos todos los días porque sabe en su propio corazón que todos los corazones son dignos de salvación.
Los interesados en saber más sobre Hearts of Joy International o en apoyar su misión de salvar vidas pueden visitar su sitio web.
Es la voz de Olaf en Frozen, canta, compone, tiene una habilidad para hacer poemas en canción, es un trovador enamorado de la María Virgen María y enamorado de su esposa.
David Filio nos comparte a Aleteia, su historia desde niño y como ha logrado vencer con la oración y los sacramentos, la ira, la tristeza, la depresión. Para David la oración lo alcanza todo, lo vence todo.
David, gracias por concedernos esta entrevista para Aleteia-España. ¿Puedes decirnos tu nombre completo, de dónde eres y a qué te dedicas?
Yo nací en Ciudad de México el 7 de diciembre de 1962. Afortunadamente crecí en una familia donde la música y el arte estaban muy presentes. Mi mamá, Filia Leonor Herrera Álvarez, tocaba el piano, y mi padre, Salvador Gómez Castellanos, era un comediante muy simpático. Yo me llamo David Gómez Herrera. Nos dicen “los Filios” porque mi mamá se llamaba Filia; entonces, desde que éramos muy pequeños y nos llevaban al catecismo o a la escuela siempre nos decían: “Ahí vienen los Filios”.
Más adelante, cuando ya éramos más que adolescentes, mi hermano Alejandro fue el primero en meterse formalmente en la música, y adoptó el nombre de Alejandro Filio en homenaje a mi madre. Y desde entonces todos los hermanos nos empezamos a poner así: Gabriel Filio, Mariana Filio, etc.
¿Cómo fue tu niñez? ¿Qué otros valores te transmitieron tus padres?
Como mi padre era un hombre que no tenía un trabajo constante, hasta que era contratado por alguna empresa, entonces vivíamos al día; y con ello nos inculcaron la esperanza.
Mi madre fue una mujer muy religiosa, y a todos nos inculcó la oración y el estar cerca de Dios. Mi padre también, aunque era un poquito menos ocupado en esto; pero como mi madre estaba siempre con nosotros en casa, esa figura antigua del ama de casa y que prácticamente ya no existe, entonces verdaderamente estaba todo el día atendiendo a sus hijos, siendo la primera en levantarse al amanecer, y la última en acostarse.
Y ella estaba muy ocupada en educarnos en la fe, en los valores, en la ética, en el respeto a todos, en la solidaridad. Y en una familia donde hay tantos hermanos tienes que aprender a compartir, a perdonar, a aceptar disculpas, a colaborar; tienes que adaptarte a todo lo que está sucediendo, y si tienes que prestar tu camita para que duerma un primo que llegó de visita, pues lo haces; y si nos tenemos que organizar para comer de cinco en cinco porque no cabemos en la mesa, pues se hace.
Así que crecí en una infancia muy compartida.
¿Cuántos miembros había en tu hogar? ¿Tienes recuerdos bonitos?
Éramos diez hermanos, más mi papá y mi mamá. Yo soy el cuarto de los diez hermanos; cada año nacía uno nuevo. Y la verdad es que era muy divertido; ahora veo familias donde hay un solo hijo, o si acaso dos.
En mi actual familia, mi esposa sólo quiso tener tres hijos, y la verdad es que a mí se me hace muy poquito, ¡esto está vacío!
Era tan divertido estar en casa, donde cada hermano tenía su propia personalidad y su estilo. Y a veces te tocaba cuidar a alguno de tus hermanos menores pues, así como alguien te cuidó, tú también tienes que cuidar a alguien.
David, ¿aún viven todos tus hermanos?
Sí, los diez estamos vivos; mi madre falleció en 2001 y mi padre en 2004. Sólo uno de mis hermanos no tiene hijos, pero tiene un montón de sobrinos y con eso es suficiente. Y estamos bien.
Sin hablar del dinero o de lo material, ¿qué fue lo que te heredó tu papá y lo que te heredó tu mamá?
Mi padre nos heredó un talento especial. Era comediante e imitador de voces, y empezó a trabajar desde muy chavito; tenía una voz especial, y él fue el primer imitador de Latinoamérica, de habla hispana, “no el mejor pero sí el primero”, nos decía. Y era muy curioso y divertido despertar con un papá que hacía vocecitas para que ya nos levantáramos; te despertaba con la voz de Tin Tan, de Clavillazo, de Capulina, de Chabelo, de Agustín Lara o hablando igualito que Cantinflas con un: “Oiga usted, chato, ya es hora de despertar; no vaya usted a llegar tarde a la escuela”.
Así que desde chavitos nos educamos en entender que la voz era un modo y un medio para comunicarnos; no solamente para decirnos cosas sino para conectar con el mundo, para transmitir emociones, alegrías, tristezas y mensajes en particular.
Y pues así crecimos, explotando nuestra voz al máximo; todos en la familia, los diez hermanos, tenemos algo de escribir, de cantar, de hacer locución.
Mi madre, concertista de piano, todo el tiempo oía música, sobre todo a Chopin, que era su máximo. Todos los días oíamos los discos de mi mamá, y nos contaba anécdotas muy bellas de cuando tocaba y daba sus conciertos, y de cuando ensayaba o estaba practicando sus lecciones.
Nos tocó tener una mamá muy cercana a Dios, que nos llevaba al catecismo, nos enseñaba a rezar; todos los días, al despertar, empezábamos con una oración, y en la noche nos dormíamos después de orar.
El crecer en un ambiente así te da una seguridad y una claridad de que estás en un lugar donde debes estar, donde te sientes bien, donde hay mucho amor. Y lo menos que tú puedes hacer es aportar algo similar.
En ese sentido puedo decir que fuimos “entrenados” para dar lo que podemos dar.
¿Alguna vez viste a tu madre frustrada por dejar su carrera y su aspiración profesional a cambio de atender a diez hijos y a un esposo? ¿La viste triste porque no se lleva el éxito profesional con la maternidad, en los términos en los que ahora vivimos?
Mi mamá era una mujer que se adaptaba muy bien; muy paciente, muy silenciosa, muy prudente. Quizá nunca nos exteriorizó si estaba o no frustrada, pero lo que sí nos exteriorizaba es que estaba muy feliz con nosotros, sus hijos.
Amaba también muchísimo a mi padre, lo amó profundamente siempre. Alguna vez me tocó verla un poco triste, porque mi papá viajaba mucho, se iba mucho de giras; tengo el recuerdo de que alguna vez, en el cuarto donde dormíamos todos los niñitos –que en ese entonces éramos como 6, porque tengo la imagen de una cuna y cinco camitas–, estábamos jugando y de pronto hicimos una travesura (o una diablura, como decía mi mamá), al riel de la puerta corrediza que daba a un jardincito, le echamos arena, y entonces ya no cerraba, se trabó. Ya se acercaba la noche, y mi mamá se puso muy triste y angustiada porque no pudo cerrarla; y ahí estábamos todos los niñitos, como enanos de Blanca Nieves, empujando también.
Mi papá no estaba, y recuerdo que mi mamá se fue a su cuarto y trató de llamar a mi abuelo, pero no lo encontraba; y hasta la vi llorando, muy angustiada por la seguridad de sus hijos. Finalmente pudo hablar con mi abuelo y le decía: “¡Es que va a hacer frío, y mis hijitos se tienen que bañar y acostar, y se van a enfermar porque la puerta está abierta!”. Y en eso el mayor de mis hermanos corrió por aceite y lo extendió con ayuda de un palito por todo el carril, y entonces empujamos y sí logramos cerrar todos los niños la puerta, y fuimos corriendo a darle la noticia a mi mamá. Fue la única vez que recuerdo haberla visto llorando angustiada.
En general ella siempre estaba muy segura en Dios, segura de que Él nunca nos dejaba; y era “padrísimo” porque ella nos contaba historias, cuentos. Después ya supe que lo que nos contaba era el Evangelio, pero a manera de cuentos. Nos enseñó a entender que Jesús es hermoso, generoso, bueno, amable, siempre dispuesto a ayudar. Cuando acabábamos de desayunar o comer nos decía mi mamá: “Todos, chiquitos, recojan su platito, vayan y lávenlo, ¿qué haría Jesús?”.
Así que crecí de esa forma. Todavía ahora he encontrado muchas respuestas a mi vida con esa hermosa frase de mi madre: “¿Qué haría Jesús?”. Finalmente, mi madre nos heredó mucha certeza, mucha claridad en el sentido de alimentar todos los días la fe; porque desde que te bautizan recibes el don de la fe, pero si no lo alimentas se va apagando o se queda ahí nomás como una medallita que te cuelgas pero que no te aporta mayor cosa. Y eso es algo que mi madre nos decía todos los días: “Hay que alimentar la llamita de la fe; se les está apagando la llamita de la fe, niños; vayan a Misa a aprender”.
Y hasta el día de hoy continúo siguiendo sus consejos hermosos y sabios. Eso me da mucha tranquilidad, incluso con lo que estamos viviendo ahora. A veces nos juntamos los hermanos por “Zoom”, y si alguno está más angustiado que los otros, decimos: “No se angustien, estamos en manos de Dios. ¿Qué haría Jesús en esta situación? Estaría tranquilo”.
¿Cuáles consideras que son los talentos que Dios te dio?
Encontrarme por primera vez con una guitarra fue maravilloso; a los nueve años me encontré con una, y me sorprendí muchísimo; tocarla era una posibilidad maravillosa. También poder utilizar la voz, poder escribir una canción para transmitir una idea en 3 o 4 minutos. Creo que ésos son los talentos que Dios me ha dado y, por tanto, que me ha encomendado.
Yo estuve por muchos años sirviéndome de ellos para sobrevivir; hice carrera, pero hasta hace poco tiempo, entendí que esos talentos son para darle un servicio a los demás, para generar un bien.
Quiero pensar que, con lo que he trabajado durante toda mi vida, quizá he podido generar un beneficio a mucha gente, con una canción que hable de la paz, del amor a la pareja, del amor a los amigos, del amor a tu oficio o a tu patria, incluso del amor a la libertad, o al sol o al mar. Quiero pensar que ese amor proyectado hacia todas esas bondades que vivimos puede empujar a la solidaridad y a buscar el bien de los más desprotegidos.
De alguna manera ésa ha sido mi carrera dentro de “Mexicanto”, junto con el chico con quien he trabajado más de 34 años, y entiendo que no le hemos hecho daño a muchos; el peor “daño” que quizá hemos generado es llevar a que algunos se enamoren; así nos lo han dicho: “Por esta canción de ustedes, nos enamoramos y nos casamos”; pero es responsabilidad de cada quien.
Hace poquito más de un año entendí que los dones que Dios sembró en mí deben ser para engrandecer su Reino, y para generar un bien en los demás. Yo creo que Jesús estará muy contento con todo esto, porque estamos finalmente, cubriendo una responsabilidad como seres humanos, que hemos sido “sembrados” en un lugar y un tiempo específicos.
Yo tenía 17 años cuando empecé mi actividad en la música, así que tengo un poquito más de 30 años de estar con la guitarra tratando de sembrar algo en los demás.
Compártenos algo de tu carrera con la guitarra, como compositor, y como locutor porque sabemos que has hecho algunos doblajes de voz. Cuéntanos un poco de esos éxitos que has tenido, que de alguna forma son ofrendas hacia Dios porque Él es el que te dio los talentos.
Yo aprendí a tocar la guitarra entre los 9 y 10 años; formalmente me comprometí a hacer carrera con la guitarra a los 17 años. Mi primer trabajo formal fue ser guitarrista de un señor que se llamó don Chava Flores, un cronista maravilloso; me encantaba su forma de componer canciones con comedia y con crónica, hablando lo mismo de una tienda que de una pulquería o un velorio, o de una calle en su pueblo.
Me lo presentó mi papá cuando estaba haciendo una gira, y nos quedamos los dos solos en el camerino y me preguntó qué hacía yo; le dije que estaba terminando la preparatoria, que iba a ingresar a la universidad y que tocaba la guitarra; él tenía una en su camerino y me preguntó si me sabía alguna de sus canciones, así que le toqué una, me dio tres de sus discos de acetato, me dijo en qué tono estaba cada una de las canciones y me pidió que me las aprendiera para que tocara con él; así fue que a los 17 años empecé a trabajar con Chava Flores. Al mismo tiempo yo era trovador en “El Sapo Cancionero”, y cantaba en un bar y en un restaurante; también cantaba en Casas de la Cultura. Con Chava Flores trabajé 2 años.
Más adelante hice dueto con una buena amiga, Gaby Cejudo; el dueto se llamaba “Flor y Canto”. Cantábamos por todo el Estado de México en una gira.
Siguiendo en “El Sapo Cancionero”, conocí a Sergio Félix, mi compadre, quien luego me invitó a formar con él un dueto, al que le pusimos “Mexicanto”, y con el que dimos nuestro primer concierto a finales de 1985, en Culiacán, Sinaloa.
Desde entonces he cantado al lado de mi compadre Sergio; sólo en el año 2000 hicimos un pequeño receso, porque si uno se enfermaba de laringitis, el otro tampoco podía trabajar; pero teníamos que mantener a nuestras familias, así que pensamos que cada uno debería desarrollar otra actividad paralela, independiente del dueto, para poder sobrevivir si es que el otro faltaba. Entonces Sergio puso su estudio de grabación, mientras que yo me dediqué a hacer algo muy curioso: me acerqué a mi amigo Brozo y me dediqué 4 años a hacer lo que se llamaba “editorial musical”. Después el periodista Amador Narcia me abrió la puerta en la radio para la editorial musical, que se llamó “Edi-trovando”. Fue un trabajo muy intenso.
También a principios del año 2000 me integré al equipo de Disney Latino, para adaptar canciones del inglés al español; eso fue muy lindo, adaptando canciones de “El zorro y el sabueso”, “La bella y la bestia”, “Los muppets”, etc.
He adaptado muchísimas canciones, no recuerdo cuántas. Y, estando una vez en los estudios, necesitaron que yo hiciera una pruebita de voz, porque no había llegado un tercer personaje que había quedado de ir a hacer un casting; y entonces me dijeron: “Pues tú, que eres de los Filios, métete al estudio y haz la voz de Olaf, éste es Olaf; no vas a quedar, sólo lo necesitamos como parte del protocolo, porque tenemos que hacer tres castings; por favor, ayúdanos”. Entonces entré al estudio y dije fingiendo la voz: “Hola, soy Olaf y adoro los abrazos. ¡Me encanta el verano!”, y no sé por qué a los de Disney les gustó la voz rara que hice, y a partir de ese momento, hace 7 años, me metí en el asunto del doblaje; aunque ya había hecho el trabajo de cantar algunas cosas en la película “Los tres mosqueteros” de Disney, con Goofy, Donald y Mickey; y también me había tocado hacer la voz de una tortuguita francesa.
El hecho es que, como había que cantar mucho, me llamaron para participar en el doblaje de Olaf en “Frozen”, para lo cual tuve que tomar algunos cursos de doblaje con mi hermano Mario.
Y en abril del año pasado, al asistir a un retiro muy bello, sentí un llamado muy fuerte de parte de Dios. Nunca he dejado de atender mi religión, pero yo antes era como un católico light. Ahora trato de colaborar acercando la gente a Dios, que es lo más bello que podemos hacer, el mejor regalo que le podemos dar.
David, ¿qué te enseñó Olaf, qué te enseñó Brozo, que te enseñó Chava Flores?
Chava Flores me enseñó a ser profesional. Una vez yo quedé mal con él, porque a los 17 años tenía novia y estaba muy enamorado; ella me invitó a hacer un viaje con su familia de Oaxaca y me fui. Entonces Chava Flores con justa razón se molestó muchísimo conmigo y me hizo ver que él ya me había dado unas fechas y que yo no cumplí; me hizo ver que era un compromiso formal, un trabajo, y que un profesional atiende las cosas con las que se compromete. Con él aprendí eso: que hay que ser muy responsable y muy formal; y también aprendí a subirme a un escenario y entender lo que es estar ahí, frente a 2 mil o 4 mil personas que iban a ver a Chava Flores.
Con Brozo asumí una responsabilidad y un compromiso, porque al meterte a un medio como es la televisión no puedes decir “mañana no voy porque me siento un poquito cansado”, sino que hay que cumplir cabalmente, profesionalmente. Ahí tuve un entrenamiento fortísimo porque fueron cuatro años de estar escribiendo canciones todos los martes con el curso de las noticias que recién habían editado, así que era llegar a las 5 de la mañana, leer periódicos, subrayar noticias y atender las sugerencias de Víctor Trujillo (Brozo) para hacer la canción. De él aprendí muchas cosas: la formalidad, la seriedad, usar tu talento al máximo, no hacer las cosas a medias; y sobre todo, con él aprendí la constancia.
En cuanto a mi trabajo en Disney, no sólo tenía que ser compositor sino adaptar de un idioma a otro las canciones, tropicalizarlas sin alterar el lenguaje para los distintos sectores a los que llega: Sudamérica, Centroamérica y Norteamérica; es que una palabra puede significar una cosa aquí en México, y otra muy distinta en Argentina u otro lugar. Además me ha tocado trabajar en esto, en una era en que los personajes de animación ya no sólo abren la boquita, sin que hacen inflexiones; es decir, si están cantando en inglés una palabra con “o”, se ve que su boca pronuncia la “o”; así que eso sube el grado de dificultad, porque hay que hacer que las canciones en español coincidan con las vocales y las letras labio dentales de la canción en inglés, además de respetar acentuaciones, rimas y métricas. En este trabajo los de Disney son tremendos, rudísimos, súper exigentes; adaptar una canción lleva hasta una semana, pero puede ser que los de Disney te digan: “La necesitamos mañana a las 4 de la tarde”. Así que lo que más me ha “sacado canas” es adaptar canciones de Disney.
Sin embargo llega Olaf, y fue como un remanso, una delicia de personaje. Yo me identifico con él, en muchas cosas, aunque no en todas, porque yo no amo el verano, adoro el invierno y los días nublados, mientras que ahora a él le encanta el sol; él es blanquísimo, yo soy moreno; pero tenemos nariz de zanahoria los dos, y me encantan los abrazos como a él. Lo disfruto mucho, es un personaje muy leve, muy simpático, muy ligero, que no se complica la vida, a todo le ve el lado positivo. Admiro mucho a este personaje y le he aprendido mucho.
¿Consideras que en Olaf convergen tu niñez, tu adolescencia, los recuerdos de tu mamá, de tu papá y de tus hermanos? ¿Es un personaje donde se funde lo que es David Filio?
Fíjate que yo sí lo he proyectado así; finalmente Olaf es un niño, creo que tiene cinco o seis años, es chiquito; y no tiene problemas con la felicidad. Y yo me siento afortunado porque de verdad tuve una infancia muy feliz, y aunque había algunos problemas, mi papá y mi mamá se encargaban de convertir aquello en algo muy simpático.
Tuve tan buena experiencia de familia que desde muy joven yo ya quería tener mi familia, mis hijitos. Me inventaba a mis hijos imaginarios y platicaba con ellos. Es muy chistoso porque cuando tenía alguna novia hacía yo una tercera voz, como si viniera con nosotros un niñito. Y cuando me casé y tuve hijos, me divertí mucho, porque proyecté en ellos esa alegría y esa felicidad con la que yo crecí.
¿Cuántos hijos tienes?
Tengo tres: dos hijas y un hijo.
¿Y haces lo mismo que tu papá y tu mamá hacían, para transmitirles la fe?
Claro que sí. Me casé con una veracruzana muy linda, Laura, y ella es una mujer de mucha fe, muy religiosa, muy cuidadosa de los valores, de la ética, del respeto a los demás; y una mujer muy trabajadora, muy comprometida en lo que hace; por ejemplo, como ama de casa; pero ella también trabajó con Brozo, y trabajó en la cultura. Desde que nos casamos ella ha sido la representante de “Mexicanto”. Es extremadamente cuidadosa, responsable y amable, muy sensata y equilibrada. Y muy transparente y muy directa. Ella me ha dado una segunda educación; porque mis padres se ocuparon de educarme, pero mi esposa me vino a refinar en muchos sentidos.
¿Tú crees en el matrimonio para toda la vida, y en la fidelidad en el matrimonio?
Pues es que no hay otra fórmula. Aunque no sea fácil. La vida marital no es fácil, porque en toda la vida del ser humano siempre hay riesgos, y el diablo puede meter el pie para hacernos caer en su trampa; y él se regocija cuando ve que un matrimonio fracasa; celebra con bombo y platillo cuando ve que se pelean los esposos, cuando ve que una familia se está desmembrando.
Yo afortunadamente vi en mi familia que, aunque mis padres a veces tenían discusiones, no se podían ir a dormir sin antes darse un beso y abrazarse y pedirse disculpas. Ver eso es clave. Y así es como Laura y yo buscamos darles a nuestros hijos seguridad, pues si unos padres están bien, los hijos están bien.
Ya de adulto yo sufrí por muchos años ataques de ira muy locos, muy fuertes; me dañaba mucho, y a la gente cercana, a mis amigos, a mis hijos, a mi esposa. Y, cuando terminaba un ataque, yo estaba seguro de que el demonio me había agarrado y había hecho conmigo lo que quería, porque le pegaba a mis hijos, escupía a mis amigos y hacía cosas horrendas a los demás, y al final el diablo se iba muerto de la risa mientras yo me quedaba hecho pedazos, me quedaba 15 o 20 días deprimido, dolido, y además había sembrado mucho dolor.
Una vez me pasó algo bien loco; iba saliendo de la casa, y hay enseguida una caseta de policía; algo pasó y me puse súper rudo y violento. A los tres días me llamó la coordinadora de la seguridad de ese lugar y el administrador, y me sentaron en una oficinita y me mostraron el video, y como no tenía audio me preguntaron qué fue lo que pasó; la cámara me había enfocado desde arriba, y yo pensé: “¡Así me ve Dios! ¡Y así me han visto mis hijos, y mis amigos, y mi esposa, desfigurado, violento y pidiendo que se me respete!”.
Te ves en esa versión y dices: no quiero ser ése nunca más en mi vida. Fueron las gotas que derramaron el vaso. Y esas personas me presentaron el video como trampa, para que me sintiera una porquería y no tuviera manera de defenderme. Sin embargo, ellos tienen la experiencia de que si le ponen un video de ese tipo a un vecino, el vecino se pone más violento, se para y se va; pero lo que pasó fue que me entró tanta tristeza y dolor que me puse a llorar; les dije: “¡Discúlpenme, perdón, lo que hice estuvo mal! Esto me ha dañado muchísimo y me ha enfrentado a una versión de mí que no quiero volver a ver, así que les agradezco lo que hicieron”.
Se sacaron mucho de onda, y después ella me buscó y me pidió perdón, diciendo: “Perdón, David, nosotros lo hicimos como trampa para que te sintieras mal”, y yo le volví a agradecer que me hubieran mostrado la peor versión de mí. Me sirvió muchísimo.
Yo, a causa de mi ira, había acudido a un doctor, a un terapeuta, y tomaba medicinas. Pero hace un poquito más de un año entendí lo que es estar cerca de Dios, y se acabaron las terapias y las medicinas; la solución fue orar todos los días, la gente que hace oración todos los días de verdad puede tener una vida muy diferente. Estar permanentemente, todos los días en contacto con Dios, te da mucha paz, calma y serenidad. Yo lo he comprobado.
Si estamos agarrados por un lado de la mano de Dios y por el otro lado de la mano de María, el diablo no se te acerca.
¿Dónde conociste a tu esposa y cuánto duraron de novios?
A Laura la conocí en Monterrey, Nuevo León; ella estudiaba allá, y yo fui a dar un concierto. Al término del concierto se acercó para contratarnos, a fin de que diéramos otro concierto en Monterrey en una universidad; y aunque después no se pudo concretar esa negociación, le hablé por teléfono y le pedí perdón por ello, y le propuse que cuando volviéramos a ir a Monterrey platicáramos, y estuvo de acuerdo.
Y así fue, y nos fuimos a tomar un café y a platicar, y llegó un momento en que hablábamos más de nuestras vidas que de cualquier otra cosa; nos acabamos entendiendo, y luego los dos nos vimos en Ciudad de México y nos hicimos novios, ella me invitaba a comer y a las reuniones familiares.
¿Se enamoraron a primera vista?
Pues sí, ocurrió un enamoramiento muy rápido, muy pronto. Tuvimos un noviazgo muy corto, pues a los 10 meses nos casamos. Ella tenía 23 años y yo tenía 30. Y la verdad es que hicimos bien, pues hemos sido muy felices; no me arrepiento de haber tomado esa decisión.
Ah, entonces por eso Brozo decía “Señora Laurita”, y los televidentes no entendíamos, pero era porque ya se había casado contigo, ¿verdad?
Así es.
¿Qué significa para ti la Virgen María? ¿Nos puedes hablar de eso?
Para mí realmente la imagen femenina –como la de mi madre, mis abuelas, mis novias, y finalmente mi esposa– es algo muy importante. Es un eje importantísimo en la educación; un ser humano sin una mamá, sin una abuela, sin una novia o sin una esposa es un hombre que se pierde; estoy convencido de ello.
Desde hacía mucho tiempo yo atendía mi religión, iba al catecismo, asistía al coro de mi iglesia, luego fui al grupo de carisma de mi parroquia, y fui amigo de un sacerdote que me invitaba a cantar las Misas y viajaba mucho con él. Pero con mi vida artística me perdí un rato. Fue al casarme que volví a atender mi vida católica, e iba a Cursillos y a unos retiros que se llaman Emaús, y siempre es muy emocionante encontrarte con Dios; pero nunca acababa de entender bien mi compromiso cristiano.
Pero fui a un retiro de Maranatha, realizado por la Fundación Acompaña, la cual fue creada por mi cuñado y su esposa después de perder a un hijo en un accidente, e hicieron esta fundación muy bella para acompañar a padres que pierden a hijos. Yo empecé a colaborar con ellos, y en un momento organizaron un retiro para abril de 2019 y me invitaron a participar en él y a que llevara mi guitarra.
Pero yo ahí no era David Filio, sino sólo un tipo que llegó con su guitarra. Fue en una capilla muy linda, y estaba expuesto el Santísimo, y estaban hablando de las Bienaventuranzas, y entonces voltea hacia mí la señora que estaba dirigiendo el retiro y me dice: “¿Podría cantarnos algo?”.
Pues, claro, si ven a alguien con una guitarra en un retiro, suponen que tú sabes canciones motivacionales, religiosas, alabanzas; pero yo no me sabía ninguna, absolutamente nada. Sabía cantar la Misa cuando tenía 14 o 15 años, y hubiera podido tocar el Padrenuestro o el Aleluya; pero para una dinámica de reflexión no me sabía absolutamente nada, ni alabanzas. Y entonces yo no pude hacer otra cosa que ponerme en manos de Dios, y a ver qué salía; así que me puse a improvisar.
Donde sí sufrí un golpe fortísimo fue después de una de las actividades, cuando uno de los que guiaban el retiro me dijo: “Ahora sí te vamos a pedir que cantes algo a María, por favor; el canto que tú quieras. Y si es tuyo, mejor”. Vi una imagen muy bella de María que había ahí, y Ella me miraba como diciéndome: “¿Tienes algo para mí? ¿Has compuesto algo para mí?”. Era increíble que a mis 56 años de vida yo no hubiera compuesto nada para María, ni una canción, ni un versito, ¡nada!
Y a mi cabeza no se le venía nada, ni siquiera “Desde el Cielo una hermosa mañana…”. No pude improvisar, no pude acordarme de nada, así que no canté nada. Me sentí muy mal. “¿No te sabes ningún canto a María? Bueno, hermano, gracias. Ahora todos vamos a cantar”. Y entonces las señoras sacaron la situación a flote cantando un canto a María, y yo me sentí súper mal. ¿Cómo era posible que yo jamás hubiera atendido a María, cuando Ella, desde que nací, nunca había dejado de tenderme su mano?
Y entonces ese día me prometí que no me iba a dormir hasta que escribiera una canción digna a María. Y hasta que no la hice y se la canté a Laura como a los 2 o 3 de la mañana no me sentí tranquilo. Y al día siguiente canté la canción en el retiro.
Fue así como yo entendí que debía bajarme ya de mi soberbia, de mi ego; que yo no podía estarme evaluando como el súper David Filio. Y eso lo hizo María, con su paciencia, decirme que me bajara de mi pedestal y me pusiera como Ella al pie de la Cruz, entregándome al servicio de Cristo. ¡Y que nunca pretendiera ponerme arriba de la cruz sino abajito, abajito de los pies de los demás, postrado ante Dios! Cuando regresé de ese retiro, decidí que en adelante mi prioridad sería cantarle a Dios, alabarlo y bendecirlo, y agradecer a María. Usar mis dones no para engrandecer el nombre de David Filio sino para engrandecer a Dios.
¿Has pensado que en tu regreso a Jesús por María también tuvo que ver tu esposa, que tal vez había orado por ti?
Definitivamente. Ella, y mi suegra y mi mamá siempre estuvieron intercediendo por mí. Todas las imágenes femeninas en mi vida siempre han sido una imagen de María.
Es extraño pero, aunque a mí me encantaba pensar en Jesucristo, yo ni volteaba a ver María. No me sentía identificado con los cantos marianos ni con la Virgen de Guadalupe. Después caí en la cuenta: “Señor, Tú nos diste a tu Madre para que nos cuidara; y a mí además me pusiste una mamá, una abuela y una esposa impecables”. Vivo infinitamente agradecido por ello.
Por último, ¿qué proyectos vienen para David Filio? En lo secular y en lo religioso.
Viene mucha actividad con la gente de “Cielo Abierto”, con quien venimos trabajando desde casa; Pedro y Cristal son un amor, son gente linda, gente buena que me ha abierto una posibilidad maravillosa de hacer muchas cosas desde mi estudio, desde mi casa; y lo seguiré haciendo.
Con mi compadre Sergio, con quien hago “Mexicanto”, de pronto tenemos actividades, conciertos para seguir manteniendo a nuestras familias.
Y estoy preparando un segundo disco de trova católica, pues ya tengo el primero.
¿Y tu música, la música de David Filio, dónde la pueden escuchar?
Mi música está en Spotify y todas las plataformas musicales. Hay un disco que hice el año pasado y que se llama “Me salvas”, donde vienen canciones como “María, así eres tú”, y “Expuesto en el altar”; son nueve temas que escogí cuidadosamente, muy lindos. Ahorita ya tengo muchos temas que he compuesto, así que estoy preparando mi segundo disco de trova católica, que se va a llamar “Desde que el día comenzó”, que es el título de una de las canciones que voy a incluir.
¿Entonces has cerrado las puertas al trabajo secular, por ejemplo para Disney?
No, ahí estamos; sigo trabajando. Me estaban hablando para que doblara a otro personaje, que hace Josh Gad, y que es el actor que le da la voz a Olaf en Estados Unidos; y me estaban buscando para que yo doblara otro personaje suyo; pero la verdad es que el doblaje no es lo mío, me pongo un poquito nervioso, así que decidí dejar el trabajo a otros. Pero el doblaje que sí seguiré haciendo, y que me encanta, es el de Olaf.
Mateo se perdió en el mar… ¡y apareció en brazos de papá!
Piero está convencido de que la Virgen María le concedió un milagro el pasado mes de agosto
Esta historia es muy reciente y nos llega desde Italia. Exactamente ocurrió el pasado 15 de agosto, el día de la Asunción de María. Un día de fiesta para todos los italianos que aprovechan el día para pasar con su familia al aire libre, saboreando gustosos churrascos en montaña o en el mar, como Piero Lafrate y su familia.
Pero aquel día Piero no se imaginó nunca que su vida podía cambiar para mal en milésimas de segundos, y está convencido de que no ocurrió gracias a la intervención milagrosa de la Virgen María.
Piero así cuenta lo sucedido al semanario católico Maria con te:
“Con mi hijo fuimos al agua, mientras mi hija estaba con sus amigas. Era alrededor de las 11.30, improvisamente llega un viento fuerte, una tempestad y la subida del nivel del mar. Nosotros nos encontrábamos más o menos a 50 0 60 metros de la orilla del mar. Nada aparentemente peligroso. A parte, mi hijo Mateo está acostumbrado a nadar, pero en esas condiciones era imposible. Por eso le pedí que permaneciera en el bote.
A un cierto punto veo que algunas pequeñas embarcaciones comienzan a moverse a causa de las grandísimas olas y dos mujeres caen al agua. Caigo al agua yo también, a causa de estas grandes olas de al menos 3 metros de altura.
Cuando miro, Mateo ya no estaba, una ola había dado la vuelta el bote. Me sumergí para buscarlo pero no podía ver nada, el agua era realmente turbia. Trataba de permanecer sumergido moviendo las piernas lo más que podía, estirando los brazos para dar con él, sin ningún resultado. Al emerger de nuevo lo primero que hice fue suplicar a María Santísima Asunta: “Ayúdame tú”. Las olas me golpeaban violentamente de un lado al otro. Cuando creí haber perdido toda esperanza de volver a ver a mi hijo, me encontré de repente con Mateo en mis brazos”.
Este era el primer año en que Piero, por motivos de trabajo, no pasaba el 15 de agosto en su ciudad natal, Arpino, donde todo el pueblo festeja activamente con celebraciones y misas a la “Mamma Celeste”. Y él es un gran devoto.
Es por eso que le conmueve pensar que en el momento del peligro la Virgen María lo vino a visitar, entregando a Mateo en sus manos.
¿Un milagro? Claro que sí, Piero no duda de ello. Y expresó su agradecimiento a todos aquellos que se preocuparon por ellos, pero sobre todo a Ella, con un post en Facebook.
Y termina el mensaje con un mensaje a sus hijos:
“Es cierto, nunca hay una razón por la que un amor deba terminar y ustedes son lo más hermoso que he tenido en la vida, la mejor elección que pude haber hecho. ¡Ustedes son hijos maravillosos a los que debo proteger y defender siempre y con todas mis fuerzas!”.
Fuente: «Maria con te», n. 37, 13 septiembre 2020, Año III