Parroquia El Buen Pastor – República Dominicana
Del cuidado del cuerpo a curar almas, María Ribes, una joven española de 24 años, decidió dejar su carrera como enfermera para seguir el llamado de Dios e ingresar como religiosa al monasterio de Godella, en Valencia.
En una entrevista a Arguments, Ribes señaló que, a pesar de tener una vida cargada de actividades, con sus estudios de enfermería médico-quirúrgica en la Clínica Universidad de Navarra, el deporte y sus amigos, realmente se sentía vacía, como si corriera “sin ninguna meta”.
“Hacía mil cosas”, indicó. “Me dio por correr. Corría diez kilómetros todos los días. Pero corría sin ninguna meta. Era como si llenara mi día de cosas, pero al final me faltaba lo más importante”, resaltó.
Todo esto cambió en 2018, cuando decidió vivir una pascua con Iesu Communio, donde una amiga del colegio que había entrado como religiosa, y vio en la vida consagrada aquello que había estado buscando.
“Esa Pascua en Iesu Communio lo cambió todo. Al ver a las hermanas vi una plenitud que yo anhelaba. Reconocí que eso era lo que yo estaba buscando”, subrayó.
Ribes señaló que Dios “nos crea para algo y pone ese deseo en nuestro corazón para que lo sigamos adelante”, por lo que, a pesar de que ella se ponía los límites e insistía que su camino era ser enfermera, la idea de seguir la vida consagrada seguía resonando en el fondo de su cabeza.
“Poco a poco, sin saber muy bien por qué, me empecé a acercar más a Iesu Communio y fui reconociendo ese deseo que llevaba dentro y anhelaba tanto”, indicó.
La joven agregó que la inquietud en el corazón que le decía “¡sígueme; te quiero para mí!” la hacía muy feliz, pero “a la vez me daba un miedo horrible”, y con la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Panamá tan cerca, esperaba que en esa experiencia pudiera resolver sus dudas.
Aunque no pasó nada extraordinario, escuchar al Papa Francisco hizo que Ribes volviera a casa con una decisión, decirle sí a Dios y aceptar su llamado de vivir la vida contemplativa.
“El Papa recordó allí: ‘Dios te quiere tanto que ha muerto en la Cruz por ti’. Y eso derrumbó todos mis esquemas. Al volver, me decidí a decirle Sí”, comentó.
Ribes señaló que, si bien algunos de sus amigos que no son católicos ven como un desperdicio haber elegido la vida consagrada, todos respetan su decisión porque se la ve feliz.
“Están desconcertados. Yo tengo una felicidad que antes no tenía; y eso está ahí y ellos lo ven”, subrayó.
Cerca de ingresar al monasterio, Ribes indicó que el miedo crece por su propia debilidad humana, pero sabe que es Dios quien pilota su vida, por lo que ahora puede vivir, “no limitarme a sobrevivir ocupando todo mi tiempo para que pase sin darme cuenta”.
“Dios no juega con la gente, pero el miedo a equivocarte está ahí. Al fin y al cabo ¡es cómo tirarte sin paracaídas! Pero si te lanzas, ves que Dios va siempre delante”, agregó.
Ribes recordó que Dios ha pensado a cada persona con una misión en el mundo y es en la vida contemplativa que la Iglesia tiene sus pulmones.
“Es bonito pensar que tenemos a alguien rezando por nosotros, mandándonos esa sangre oxigenada para que podamos hacer mucho bien. Y a mí Dios me quiere mandando ese oxígeno a toda la sangre, a toda la Iglesia”, señaló.
La joven agregó que es “apasionante saber que estás para algo”, que en la Iglesia hay “tantos caminos y tantas alternativas, para tantos que somos, para llegar al Cielo, que se trata de que cada uno busque hasta encontrar el suyo”.
“Dios nos crea y tiene un deseo en su corazón también para nuestra vida, para todos. Y ahí está nuestra plenitud, nuestra felicidad. Y cuando lo encuentras, lo reconoces, te llenas de paz y de felicidad”, concluyó.
Actualmente, María Ribes lleva un año viviendo en el monasterio de Godella.
Iesu Communio
Iesu Communio es una orden religiosa contemplativa que nació en Burgos (España) en el año 2010 y que fue fundada por la religiosa clarisa Sor Verónica Berzosa. Se centra en la evangelización de los jóvenes y la vida contemplativa.
Tiene su origen en la comunidad de las religiosas clarisas de Lerma, a la que pertenecía Sor Verónica. Posteriormente la religiosa fundó una comunidad con un carisma diferenciado del de las clarisas.
Las religiosas de Iesu Communio se dedican especialmente a la oración a través de la Adoración al Santísimo Sacramento y a la evangelización de los jóvenes por medio de encuentros.
Conoce más sobre Iesu Communio AQUÍ.
(Fuente: Aciprensa)