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Obispo francés renuncia por el síndrome «Burnout»

Obispo francés renuncia por el síndrome «Burnout»

El «Burnout» o Síndrome de «estar quemado», una auténtica epidemia social que también afecta al sacerdocio y a los obispos.

El padre Iván Breint fue designado por el Papa Francisco como obispo auxiliar de Rennes. Cuarenta días después de este nombramiento el padre Iván Brient renunciaba a su misión por «señales alarmantes de la aparición de agotamiento [que] han sido claramente diagnosticadas».

Puede parecer una renuncia inusual, pero por desgracia este síndrome está siendo algo habitual en profesiones y labores muy vocacionales. Se sentía mal, fue a consulta y los médicos le recomendaron la renuncia. «Estas señales me permitieron comprender que por un lado estaba cansado y que, por otro lado, temía las tensiones que esta misión iba a suscitar en mí y que tendría dificultades para afrontarlas».

Lo habló con el Nuncio y con el arzobispo de Rennes y se dio cuenta de que «la carga era demasiada pesada» y que «no quería correr el riesgo de tener que desfallecer en el camino, ni de no poder cumplir debidamente esta misión de obispo auxiliar», detalla el padre Ivan Brient.

Envió una carta al Papa Francisco el 28 de octubre y el Papa la aceptó el 16 de noviembre.

Síndrome de «Burnout»
El Síndrome de «Burn Out», también denominados como del «quemado» se caracteriza por un progresivo agotamiento físico y mental, una falta de motivación absoluta por las tareas realizadas, y en especial, por importantes cambios de comportamiento en quienes lo padecen.

Son síntomas parecidos al estrés general, pero que aumentan de intensidad y lo hacen tener distintos cambios de comportamiento o de carácter.

Se trata de un síndrome muy asociado a profesiones vocacionales o que tienen un importancia implicación personal en su realización. En los últimos años se trata de un síndrome, muy asociado a depresiones y agotamientos extremos, que está apareciendo con especial virulencia en la sociedad debido a la prisa, al estrés y a la gran cantidad de compromisos a los que hay que hacer frente.

En noviembre del año pasado (2021), Papa Francisco pedía en su intención de la Red mundial de la oración por quienes sufren estos problemas: «Recemos para que las personas, que sufren de depresión o agotamiento extremo, reciban apoyo de todos y una luz que les abra a la vida».

«La sobrecarga de trabajo, el estrés laboral hace que muchas personas experimenten un agotamiento extremo, un agotamiento mental, emocional, afectivo y físico», afirmaba el Papa. Y así «la tristeza, la apatía, el cansancio espiritual terminan por dominar la vida de las personas que se ven desbordadas por el ritmo de la vida actual».

El Síndrome del Burn Out en el sacerdocio
«3 de cada 5 sacerdotes experimentaban grados medios o avanzados de burnout, el síndrome de agotamiento profesional». Así de alarmante se muestra Helena de Mézerville en su libro Sacerdocio y burnout. El desgaste en la vida sacerdotal.

Todo ello, explica, produce «un cierto agotamiento emocional que le empuja a la despersonalización, lo que conlleva en muchos casos sentimientos de baja autoestima y de poca realización personal en el ministerio». De hecho en Italia se suele conocer, entre los sacerdotes, a este síndrome como «el del buen samaritano desilusionado».